Un estudio de la Universidad de Northwestern (Estados Unidos) que acaba de publicarse en Proceedings of the National Academy of Sciences ha demostrado que los varones humanos están biológicamente vinculados al cuidado de sus hijos. La conclusión se fundamenta en que la paternidad reduce los niveles de testosterona.

La testosterona es la hormona que estimula las conductas y características que ayudan a un hombre a competir por una compañera. Después de consumada la unión, y con la llegada de los hijos, esta hormona entra en conflicto con las responsabilidades que se derivan de la paternidad, por lo que el organismo reduce su producción.

"Los seres humanos son mamíferos poco comunes, ya que sus hijos son dependientes de las personas mayores hasta que superan los diez años de vida", afirma Christopher W. Kuzawa, coautor del estudio y profesor asociado de Antropología en la Escuela Weinberg de Artes y Ciencias. Kuzawa, que también es miembro docente del Instituto de Investigación de Políticas de Northwestern, añade que "el aumento de la descendencia humana está basado en un esfuerzo de cooperación. Nuestro estudio muestra que los padres humanos están biológicamente preparados para colaborar en dicho trabajo".

La investigáción observó los cambios que se producían en un grupo de casi 600 individuos después de que éstos fueran padres. "No se trata de que los hombres con testosterona baja sean más propensos a ser padres", explica Lee Gettler, doctorando en Northwestern y coautor del estudio, "sino de que los hombres con los niveles más altos de testosterona tienen más probabilidades de convertirse en padres, aunque una vez lo hacen, la testosterona se reduce sustancialmente. Nuestros hallazgos sugieren que este hecho se da, especialmente, en los padres que más se involucran en el cuidado infantil".

Peor salud en los solteros

Los resultados también indican que los padres pueden experimentar una gran (aunque temporal) disminución de la testosterona cuando entran en contacto por primera vez con su bebé. Según Gettler, "las exigencias de cuidar de un recién nacido requieren muchos ajustes emocionales, psicológicos y físicos. Nuestro estudio sugiere que la biología de un hombre puede cambiar sustancialmente para ayudar a satisfacer esas demandas".

Los autores añaden que sus resultados pueden explicar por qué los hombres solteros suelen tener peor salud que los hombres casados que, además, son padres. Según Kuzawa, "los bajos niveles de testosterona serían una protección contra ciertas enfermedades crónicas".