CARDIOLOGÍA
Cacao beneficioso para los diabéticos
JANO.es · 28 mayo 2008
Científicos alemanes muestran que una bebida de cacao rica en flavonoles mejora la función endotelial en estos pacientes
Recientemente, destacamos en estas páginas la figura del gran violinista belga Eugène Ysaÿe, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento. Ahora debemos destacar el aniversario de otro gran violinista, esta vez español, de cuya muerte se celebra este 2008 el centenario. Nos referimos al inigualable Pablo de Sarasate, que muy poco antes de Ysaÿe fue el violinista más importante de toda Europa.
Sarasate no fue creador de escuela violinística, como Ysaÿe; en cambio, fue un compositor de enorme interés, creador de obras para violín y piano que hoy son divulgadas en todo el mundo. No existe Conservatorio en el que no figure el nombre de Sarasate. Su popular Zapateado y otras páginas también célebres como Capricho vasco, Romanza andaluza, Introducción y Tarantela o los Aires bohemios –escritos también con acompañamiento orquestal– son partituras que los grandes y menos grandes violinistas ejecutan constantemente.
Una aportación compositiva muy singular, de corte folclórico, pero repleta de nuevas fórmulas violinísticas que la ponen a la par con la obra de Paganini. Los violinistas Yehudi Menuhin y Jascha Heifetz fueron de los primeros grandes intérpretes que las pusieron en circulación con interpretaciones deslumbrantes y que hoy se encuentran fácilmente en el mercado discográfico.
Sarasate como violinista fue enorme. Con su porte particular interpretaba las obras más difíciles con asombrosa facilidad y no fue extraño que los grandes compositores del momento le dedicaran obras de gran importancia dentro del repertorio para violín. Vale la pena mencionar algunas de las obras a él dedicadas y que también estrenó: Saint-Saëns escribió para él el primer y tercer Concierto para violín y orquesta, además de la famosa Introducción y rondó caprichoso –auténtica piedra de toque entre los violinistas–; otro francés, Edouard Lalo, le dedicó nada menos que la Sinfonía española y el Concierto en fa; el alemán Max Bruch, su segundo Concierto y la también célebre Fantasía escocesa; y el polaco Henryk Wieniawski, su segundo Concierto, obra de gran virtuosismo y también muy conocida.
Sarasate nació el 10 de marzo de 1844 en Pamplona y murió en Biarritz el 20 de septiembre de 1908. Fue discípulo de Alard en París. Recorrió Europa y las dos Américas siempre con los mayores éxitos. Poseía dos Stradivarius: uno de 1713 y otro de 1724, es decir, de la mejor época del constructor cremonés.
El gobierno de Navarra, a través de los departamentos de Cultura y Turismo, se prepara para conmemorar el aniversario del violinista desarrollando iniciativas como el traslado a una nueva ubicación del Museo Sarasate, que contiene una importante colección de objetos personales, así como numerosas cartas y partituras.