PEDIATRÍA
JANO.es · 19 junio 2009
Ante las regurgitaciones o los cólicos, los padres suelen cambiar el tipo de leche sin consultar a ningún médico
Los padres suelen confundir conductas normales de los bebés con intolerancia a la leche, según un estudio desarrollado por investigadores del centro Mead Johnson Nutrition en Indiana (Estados Unidos) que se publica en el último número de la revista Nutrition Journal (2009;8:27). Como consecuencia de esta mala interpretación de síntomas, los padres tienden a cambiar de leche infantil sin consultar a un profesional sanitario.
Los investigadores, dirigidos por la Dra. Carol Lynn Berseth, descubrieron que hasta la mitad de los bebés alimentados con leche artificial experimentaba un cambio en este alimento durante los primeros seis meses de vida. Por ello, y realizado con 335 bebés sanos, el estudio se diseñó para evaluar la hipótesis de que no existen ventajas en la elección de un tipo de leche con proteínas parcialmente hidrolizadas como primera opción en la mayoría de los niños sanos. El estudio demostró que no existían diferencias en la intolerancia infantil a dos tipos de leche de vaca no manipuladas frente a la leche de vaca con proteínas parcialmente hidrolizadas durante un ensayo de 60 días.
El estudio confirma evidencias previas que mostraban que los cambios en el tipo de leche en los bebés sanos son innecesarios. A pesar de que la regurgitación, el llanto y los cólicos pueden ser signos de intolerancias, episodios similares son también normales durante los primeros meses de vida. Sin embargo, la ansiedad de los padres podría confundir estos episodios normales en una intolerancia a la leche artificial.
Como indica la Dra. Berseth, “en una población sana, nuestro estudio demostró que no existían beneficios adicionales de la leche de vaca parcialmente hidrolizada frente a la leche de vaca intacta”. Así, la investigadora plantea que una leche artificial parcialmente hidrolizada podría ser apropiada para un determinado grupo de bebés, no como primera opción para todos.