NUTRICIÓN
JANO.es · 24 abril 2009
La ingesta en exceso de alimentos con grasas trans durante el embarazo y la lactancia puede afectar al desarrollo cognitivo de los niños y reducir su peso al nacer
Ingerir en exceso alimentos que contengan grasas trans, como la bollería industrial, los helados, la margarina o las patatas fritas, durante el embarazo y la lactancia pueden afectar al desarrollo cognitivo de los niños y reducir su peso al nacer, según ha afirmado el responsable de Componentes y Aditivos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el Dr. Pedro Mario Fernández.
Durante el transcurso de las XIII Jornadas Nacionales de Nutrición Práctica este experto explicó que los ácidos grasos trans (AGT), “retrasan la fecha de caducidad de los alimentos, reducen su oxidación y mejoran su textura y flexibilidad”.
Sin embargo, este componente, que se puede transmitir al bebé durante la gestación y a través de la leche materna, “es una estructura artificial derivada de procesos industriales que nuestro cuerpo no reconoce, no puede metabolizar y que se limita a acumularse en el organismo”, aseguró el Dr. Fernández.
Estos ácidos grasos son también responsables de anular los “efectos positivos” de otros elementos como las vitaminas liposolubles (A, D, E y K), “imprescindibles para la salud de los niños”. A este respecto, el Ministerio de Salud y Política Social, a través de la estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad (NAOS), aconseja la “vigilancia y la reducción de la ingesta de este compuesto” hasta el 0,5%-2% del aporte calórico diario.
La dieta mediterránea, predominante en España, hace que la ingesta media de grasas trans sea más baja que la de otros países como Estados Unidos o Canadá. No obstante, “la cultura de la fast food, representada no sólo por las pizzas o las hamburguesas, sino también por los snacks y la bollería industrial, hace que nuestro país no esté exento de los efectos negativos que provocan los AGT”, explicó el Dr. Pedro Mario Fernández.