BIOÉTICA
Crean un embrión a partir de células humanas y óvulos de vaca
JANO.es · 03 abril 2008
El experimento, realizado en la Universidad de Newcastle, tiene como fin obtener células embrionarias humanas
El invierno es, sin duda, la época del año en que nuestras cocinas se ennoblecen con productos fastuosos como las trufas, pero también reinan los mariscos, los contundentes y sabrosos platos de ebullición, cocidos y sopas reconfortantes.
La trufa, “el diamante negro de la cocina” –como definió el escritor francés Brillat-Savarin a este misterioso producto alimenticio (Tuber melanosporum)–, es una joya culinaria que está presente en la historia de la cocina, sobre todo europea.
Las suculencias. Quizá porque la alta cocina lo ha impuesto, tengo que destacar la soberbia trufa sorpresa, es decir, una trufa rellena de foie-gras. Nuestras papilas gustativas disfrutan de esta combinación tan perfecta que viene posiblemente del genio del Carême. Por supuesto, otra gozada es un ave, por ejemplo, una pularda asada con trufas. Otro modo es disfrutarla con un buen puré coronado con láminas del aromático ingrediente. Y tal vez la forma más sencilla de extasiarse es envolver una trufa con tocino de cerdo ibérico, hacer un paquete con papel de plata y ponerlo a asar en las cenizas de la barbacoa o de la chimenea.
El restaurante. Muchos son los locales que ofrecen este milagro de la naturaleza, que este año alcanza cotizaciones de entre 600 y 700 euros el kilo. El joven chef Nando Jubany propone en el restaurante Can Jubany, en Calldetenes, muy cerca de Vic (Barcelona), auténticas delicias con trufas. De ellas sobresale un plato espectacular trufa en papillote con puré de patata y panceta. Si pueden, no se lo pierdan.