NEFROLOGÍA
Depresión y trasplante renal
JANO.es · 30 mayo 2008
Científicos belgas publican que la enfermedad mental en receptores de un trasplante de riñón duplica el riesgo de insuficiencia renal, de necesitar someterse de nuevo a diálisis y de morir
El amor puede no saber de edades. Así lo expone el escritor norteamericano Philip Roth en su obra El animal moribundo; así lo refleja Elegy, la película de Isabel Coixet basada en la novela de Roth.
Especialmente preocupada por el paso del tiempo y la insoslayable mortalidad, la obra de Coixet desembarca con acierto en un texto en el que se cuenta la historia de un culto y más que maduro profesor de literatura que encuentra razón vital en la seducción. David Kepesh, contenida y eficazmente representado por Ben Kingsley, que obtuvo el Oscar por Gandhi, ha pasado los últimos años seduciendo, sin permitir que invadan su consolidada vida, a alumnas deseosas de experiencias nuevas. Todo cambia cuando Consuela Castillo –más que aprobado para la interpretación de Penélope Cruz– entra en su clase. Bajo su simple apariencia de bello animal, Consuela es persona con gran sentido de su identidad y una intensidad emocional que descoloca las ideas y la existencia del asentado profesor. Consuela se convierte en una obsesión para Kepesh.
Se sucederán los hechos y las circunstancias. Las cotidianidades y las sorpresas que hacen que la vida sea eso, algo distinto e irrepetible. Algo diferente para cada cual…
Como reflejan los manuales de literatura, una elegía es un texto, fundamentalmente poético, en el que se lamenta la pérdida de alguien o de algo. También en este sentido Elegy es una película lograda en la que sirviéndose, como en otras ocasiones, de silencios y primeros planos llenos de sensatez y profesionalidad, Isabel Coixet vuelve a demostrar que es una directora sólida de largo recorrido. El resultado es incontestable: buen cine al que acaso le sobren planos excesivamente explícitos, pero eso sería un pecado menor que no rebaja el valor del meritorio conjunto.
Elegy (Estados Unidos, 2008). Dirección: Isabel Coixet. Intérpretes: Ben Kingsley, Penélope Cruz, Dennis Hopper.
Otros encuentros
En el cine hay muestras sobradas que ilustran aquello de que el amor no tiene edad. Rescatamos algunos clásicos que ilustran tan humana evidencia:
Lolita. Hace 46 años Stanley Kubrick nos contó, valiéndose de la gran novela de Nabokov, la tortuosa historia de un profesor universitario que se enamora de forma obsesiva de la hija de su casera.
El último tango en París. Marlon Brando, americano expatriado en París, se siente responsable del suicidio de su mujer y se lía con una desinhibida jovencita.
Manhattan. ¿Quién puede olvidar a Woody Allen como aquel maduro guionista de televisión que sale con una estudiante de 17 años?
Herida. Louis Malle dirigió esta polémica historia en la que un añoso político pierde la cabeza por la novia de su hijo.