ENFERMERÍA
JANO.es · 12 mayo 2009
En la presente edición se conmemora es la aportación enfermera en las innovaciones realizadas en la asistencia sanitaria
En el día de hoy, 12 de mayo, la comunidad sanitaria internacional celebra en todo el mundo el nacimiento de Florece Nightingale (1820-1910), enfermera británica considerada como la impulsora del concepto moderno de la profesión. Esta fecha es la elegida por el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) –máxima entidad de representación mundial de la profesión cuyo miembro español es el Consejo General de Enfermería– para celebrar el Día Internacional de la Enfermera.
En la presente ocasión, el tema elegido es la aportación enfermera en aquellas innovaciones realizadas en la asistencia sanitaria a lo largo de la Historia, y que han supuesto importantes beneficios para los ciudadanos. Mejoras introducidas por los profesionales que han conseguido salvar muchas vidas y mejorar la situación personal de los pacientes.
Y es que, como señala el CIE y a pesar de que cada vez existe más evidencia científica de los importantes beneficios para la sociedad conseguidos con este tipo de iniciativas, la aportación de la enfermería a la innovación de los cuidados de salud raras veces se reconoce, se publicita o se comparte entre la profesión y el público en general.
Además, desde el CIE consideran que la necesidad de soluciones innovadoras nunca había sido mayor hasta el momento. Según aseguran, los entornos de la atención de salud se esfuerzan en todo el mundo por dispensar servicios de salud equitativos, seguros y eficaces, y que, al tiempo, consigan contener sus costes y, en un entorno de estas características es donde viene a producirse la combinación entre la constante cercanía de los enfermeros con sus pacientes y aspectos como el ingenio, la constante inquietud por las necesidades de los ciudadanos y la capacidad de observación.
Así, el CIE ha señalado como ejemplo la concepción del método canguro, ya que los cuidados dispensados a los niños prematuros en las incubadoras resultan muy caros, son prácticamente inaccesibles en muchos países y, si no se prestan adecuadamente y por enfermeras especializadas, ni siquiera son excesivamente seguros.
Ante esta realidad, una enfermera estadounidense desarrolló en Columbia los cuidados “canguro” como alternativa fácil, económica, segura y socialmente aceptable. Para dispensarlos, se pone a los niños prematuros sanos en contacto continuo con la piel del pecho de sus madres, un cuidado que en Zimbabue demostró fehacientemente que reduce la mortalidad neonatal en los países en desarrollo.
Asimismo, un estudio llevado a cabo por Florence Nightingale analizó el elevado número de muertes registradas en las salas de maternidad y se hizo la pregunta de si “mueren tras el parto más mujeres en el hospital que en sus casas” y, de ser así, “¿por qué?”. Su estudio demostró que el índice de mortalidad era más alto en el caso de las mujeres que daban a luz en los hospitales, por lo que la innovación introducida por Nightingale dio lugar a cambios de los servicios, que salvaron la vida de miles de mujeres.