HEPATOLOGÍA
Especialistas de todo el mundo instan al desarrollo de estrategias de prevención integrales contra la hepatitis C
JANO.es · 22 mayo 2013
Un grupo internacional de expertos elabora en un informe que destapa las carencias en el abordaje de la enfermedad y plantea propuestas para frenar su prevalencia.
La revista The Economist, a través de su Intelligence Economist Unit y con el patrocinio de Janssen, ha elaborado el informe ‘La pandemia silenciosa: cómo afrontar la hepatitis C con una política innovadora’, que se presentó ayer, en el transcurso de una jornada que reunió a médicos especialistas, investigadores y representantes de pacientes de nuestro país. El informe apela a la necesidad de que los gobiernos desarrollen estrategias para afrontar los crecientes problemas sociales y económicos asociados a la hepatitis C.
Charles Gore, presidente de la Alianza Mundial contra la Hepatitis y colaborador del documento, destaca que “a pesar de la importante carga que supone el VHC, los gobiernos de todo el mundo no han sabido captar el alcance y las repercusiones de la enfermedad. Tanto en el mundo desarrollado como en los países en desarrollo, el coste humano y económico del VHC seguirá aumentando a menos que los responsables políticos afronten ahora este problema de salud pública urgente".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor de 150 millones de personas en todo el mundo están actualmente infectadas por el VHC, una enfermedad que provoca la muerte de 350.000 personas al año. Se estima que hasta dos tercios de los infectados por el virus C desarrollarán enfermedad hepática crónica, y una de cada cinco desarrollará cirrosis. El VHC es, además, la causa principal de trasplante de hígado y, en Estados Unidos, responsable de más fallecimientos que el VIH/SIDA.
El informe indica que sólo el 10% de los enfermos está recibiendo tratamiento, y que existen grandes diferencias en la asistencia entre los países. Por ello, pide a los gobiernos que adopten un “enfoque integral” y dispongan los recursos necesarios para poder obtener datos consistentes, incrementar la concienciación y fomentar la prevención.
Según recoge el trabajo, en muchos países en vías de desarrollo el contagio y transmisión del virus C se produce dentro del propio sistema sanitario. Los resultados de algunos estudios promovidos por la OMS revelan que sólo un 53% de la sangre que se transfundía en 2008 se había sometido a los análisis previos oportunos, y en 39 países no había controles rutinarios de la sangre que se donaba. Otro estudio anterior, también de la OMS, reflejaba que el uso de material sin esterilizar era la principal causa de la incidencia mundial de la enfermedad.
En los países desarrollados, la mayoría de los nuevos casos de infección se circunscriben al consumo de drogas inyectables. Ya en 2011, la revista médica The Lancet alertó en un estudio de que el 63% de la población mundial que se inyecta drogas, unas 16 millones de personas, está infectado por el virus C. Las tasas más elevadas las presentaron Países Bajos (86%), Portugal (83%), Italia (81%) y España (80%).