CARDIOLOGÍA
Los genes juegan un mayor papel en ataques al corazón que en accidentes cerebrovasculares
JANO.es · 27 julio 2011
Un estudio en el condado británico de Oxfordshire sugiere que, en el caso de los ictus, la herencia genética no es tan determinante como se cree.
Rothwell y sus colegas realizaron el estudio para confirmar que existe una gran diferencia en la predisposición genética entre los ataques cardíacos y los accidentes cerebrovasculares. "Habíamos observado previamente que la condición hereditaria del accidente cerebrovascular está relacionada con la genética de la presión arterial alta, lo cual no parece ser el caso de un ataque al corazón", dijo Rothwell. La hipertensión está estrechamente relacionada con el accidente cerebrovascular, por lo que una historia familiar de hipertensión está relacionada con un mayor riesgo de sufrir una apoplejía.
Estudio vascular en el condado de Oxfordshire
El estudio, llamado OXVASC ('Oxford Vascular Study'), se puso en marcha en 2002 con el objetivo de estudiar accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y otros eventos vasculares graves en una zona del condado de Oxfordshire, donde más de 91.000 personas son atendidas por un mismo hospital. Los análisis anteriores en la misma población, llevados a cabo por el doctor Amitava Banerjee, han demostrado la importancia particular de la historia familiar en la transmisión madre-hija del ataque cardíaco y la apoplejía.
Los investigadores utilizaron datos de 906 pacientes (604 hombres) con enfermedades del corazón graves y 1.015 pacientes (484 hombres) que sufrieron accidentes cerebrales. De los enfermos del corazón, un 30% tenía un padre que había sufrido un ataque al corazón y un 21% tenía al menos un hermano que lo había sufrido. El 7% tenía dos o más hermanos que habían sufrido ataques cardíacos y del 5% lo habían sufrido ambos, el padre y la madre.
Entre los pacientes con ictus isquémico un 21% tenía un padre que había sufrido un derrame cerebral y un 2% ambos padres. Un 8% tenía al menos un hermano que había pasado por un accidente cerebrovascular y un 14% al menos dos.
El riesgo para un hermano o hermana de desarrollar problemas cardiacos agudos fue similar para los que sufrieron un ataque al corazón o un derrame cerebral. El riesgo de un accidente coronario agudo fue seis veces mayor si ambos padres habían sufrido un ataque al corazón y una vez y media mayor si lo había sufrido uno de ellos. Por el contrario, la probabilidad de un accidente cerebrovascular no cambió significativamente con la historia de los padres.
Cambio de los modelos de riesgo