OBESIDAD
JANO.es · 10 marzo 2010
Científicos de Estados Unidos estiman que esta medida podría provocar que un adulto moderase su consumo de calorías hasta rebajar 2 kilos al año.
Investigadores estadounidenses recomiendan aumentar los impuestos de la comida rápida y las bebidas azucaradas hasta un 18% con el fin de reducir la obesidad de la población, ya que han estimado que esta medida podría provocar que un adulto norteamericano modere su consumo de calorías, hasta reducir 2 kilos al año.
El equipo, que publicó su estudio en la revista Archives of Internal Medicine, sugirió que el impuesto podría usarse como "un arma en la lucha contra la obesidad", que cuesta a Estados Unidos alrededor de 147.000 millones de dólares anuales.
"Pese a que estas medidas no resolverán la epidemia de obesidad en su totalidad y podrían resultar contrarisa para los fabricantes y vendedores de alimentos, sería un importante estrategia para resolver el consumo excesivo", señala el equipo, liderado por Kiyah Duffey, de la University of North Carolina en Chapel Hill (EE.UU.).
El equipo de Duffey analizó las dietas y el estado de salud de 5.115 adultos de entre 18 y 30 años entre 1985 y el 2006. Los especialistas compararon los precios de los alimentos durante ese período. En 20 años, un aumento del coste del 10% estuvo asociado con una caída del 7% en la cantidad de calorías consumidas provenientes de refrescos y del 12% por el consumo de pizza.
El equipo estimó que aplicar un impuesto del 18% a estos alimentos podría reducir hasta en un 56% el consumo diario de calorías de una persona, lo cual equivaldría a una pérdida de peso de 2 kilos por año. "Nuestros resultados sugieren que las políticas a nivel nacional, estatal o local para alterar el precio de los alimentos y bebidas menos nocivos podrían ser un mecanismo para lograr que los adultos adopten una diete más saludable", dijo.
En su opinión, esta política también "podría ayudar a reducir el consumo de calorías y potencialmente contribuir a la pérdida de peso y a una caída de la incidencia de la diabetes entre los adultos estadounidenses".
Actualmente, California y Filadelfia mantienen una legislación que agrava el impuesto sobre los refrescos con el fin de limitar su consumo. Además, teniendo en cuenta que dos tercios de los estadounidenses tienen sobrepeso u obesidad, los políticos cada vez están más de acuerdo con la idea de aplicar impuestos como una alternativa para lidiar con la enfermedad a nivel de la población.
El director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés), el doctor Thomas Frieden, apoya este tipo de medidas, al igual que la Asociación Estadounidense del Corazón.
Por su parte, los doctores Mitchell Katz y Rajiv Bhatia, del Departamento de Salud Pública de San Francisco (EE.UU.), dijeron que los impuestos son una forma apropiada de corregir el mercado, que favorece la elección de comidas poco saludables sobre los alimentos que protegen el bienestar físico. Así, señalaron que el Gobierno debería considerar seriamente esta subida de impuesto a los alimentos que contribuyen a la obesidad.