En España se implantan anualmente más de 34.000 marcapasos, según el registro nacional de estos dispositivos. La cifra ha ido aumentando progresivamente, pero el número de especialistas encargados de realizar el seguimiento de los pacientes no ha ascendido de manera paralela, de modo que, en la mayoría de los casos, los enfermos visitan al especialista una vez al año, una frecuencia insuficiente para la correcta optimización del dispositivo que portan. 

Una presentación realizada en el marco del encuentro EUROPACE, organizado por la European Heart Rhythm Association (EHRA) y que hoy se clausura en Madrid, incidió en el hecho de que los marcapasos “se utilizan poco y mal en la mayoría de los casos, desaprovechando muchas de las opciones que permite el dispositivo por la incapacidad de llevar un control rutinario del mismo”.

Según el Dr. Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología y uno de los moderadores del acto, “dado el número de pacientes, es muy difícil optimizar todos los marcapasos para cada individuo, por lo que muchas veces se programan de manera genérica, pero algunos enfermos necesitan una programación específica para que su marcapasos se adapte mejor a su corazón".

En parte, la nueva generación de dispositivos atenúa el problema. Desde enero, sin ir más lejos, ya se encuentran en España marcapasos inteligentes que ajustan diariamente sus funciones de manera automática, adaptándose constantemente a las necesidades del paciente sin que éste deba visitar a un especialista salvo en caso de que exista alguna complicación.

Seguimiento remoto

“Esta nueva familia de dispositivos logrará que el corazón de estos enfermos funcione mejor, aumentando su capacidad de esfuerzo, disminuyendo la sensación de fatiga y evitando la aparición de mareos”, apuntó Fernández Lozano.

Asimismo, los marcapasos y desfibriladores de seguimiento remoto, que llegaron a España hace ya unos años, ayudan al control de este tipo de pacientes. Tras implantar el dispositivo al enfermo, se le proporciona una consola que se conecta al teléfono fijo o al móvil. El aparato obtiene los datos del marcapasos mientras el paciente duerme, los analiza y los envía a una página web a la que el médico tiene acceso diario. En caso de que haya algún dato alarmante (taquicardia, desplazamiento de algún cable, batería agotada…) el especialista recibe un email o un SMS de manera automática.