NEUROLOGÍA
JANO.es · 14 noviembre 2011
La Sociedad Española de Neurología (SEN) critica la falta de trabajos de investigación de estas enfermedades neuromosculares, que, junto con la distonía, afectan en España a 70.000 personas.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) asegura que los esfuerzos en investigación de las enfermedades neuromosculares y la distonía son "muy reducidos", lo que está ocasionando "carencias" en su diagnóstico y tratamiento en España, donde afectan a cerca de 50.000 y 20.000 personas, respectivamente. Así lo ha anunciado la SEN con motivo del Día Europeo de la Distonía y el Día Nacional de las Enfermedades Neuromusculares, que se celebra mañana.
Las enfermedades neuromusculares, que engloban 150 enfermedades neurológicas crónicas (como la distrofia miotónica de Steinert o la distrofia muscular de Duchenne), se caracterizan por la interrupción de la comunicación entre el sistema nervioso y los músculos esqueléticos, lo que redunda en una debilidad muscular progresiva o intermitente.
"Aunque se consideren enfermedades raras, hay que tener en cuenta que, en su conjunto, son uno de los grupos de enfermedades más frecuentes de la patología neurológica", asegura el doctor Antonio Guerrero, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares de la SEN, quien señala que su naturaleza "crónica, progresiva y generalmente incurable" hace que los pacientes vean disminuida, cada vez más, su capacidad funcional y su autonomía personal, de ahí que sea "muy importante la detección precoz".
"A pesar de que se ha avanzado mucho en el conocimiento de la genética de muchas enfermedades neuromusculares, queda aún mucho por hacer a la hora de encontrar una cura para estas enfermedades", asevera Guerrero.
En el caso de la distonía, nombre genérico de un conjunto de enfermedades neurológicas que producen contracciones sostenidas de los músculos de una o varias partes del cuerpo, ocasionando movimientos y posturas anormales, la SEN asegura que aproximadamente la mitad de estos casos serían de origen genético.
Actualmente, no existe un tratamiento comúnmente efectivo para los trastornos de distonía, pero sí distintas terapias que, de forma individualizada, consiguen detener o reducir los espasmos musculares y los dolores que pueden ir asociados.