MEDICINA FÍSICA Y REHABILITACIÓN
La parálisis cerebral, primera causa de discapacidad infantil
JANO.es · 05 junio 2013
Los avances en la asistencia obstétrica y perinatal han provocado un aumento de la prevalencia por la mayor supervivencia de neonatos de bajo peso, prematuros y el mayor número de gestaciones múltiples.
La parálisis cerebral infantil (PCI) continúa siendo una patología frecuente en nuestro medio; no en vano, es la primera causa de discapacidad en la edad infantil. Así lo ha asegurado Javier Nieto, médico rehabilitador del Complejo Hospitalario de Salamanca, en el marco del 51º congreso nacional de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
La prevalencia de la PCI oscila entre los 1-3 casos por cada 1.000 nacidos vivos. En este sentido, Nieto señala que los avances en la asistencia obstétrica y perinatal han provocado un aumento de la prevalencia por la mayor supervivencia de neonatos de bajo peso, prematuros y el mayor número de gestaciones múltiples.
Tal como explica este especialista, "la PCI describe un grupo de trastornos del movimiento y la postura que causan limitaciones de la actividad, y su atención debe englobarse en un modelo integral, basado en un conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil y su entorno, con objetivo de responder a las necesidades de los niños con trastornos del desarrollo o riesgo de padecerlos, tanto desde el punto de vista sanitario como del punto de vista psicológico y social".
Nieto recuerda, asimismo, que “el grado de discapacidad varía en función de la severidad de la PCI, así como su manifestación, varía a lo largo del desarrollo o crecimiento del niño, al intentar compensar las dificultades posturales y del movimiento. La PCI presenta distintas deformaciones o alteraciones ortopédicas en los miembros inferiores, siendo las más frecuentes el pie equino y la subluxación de cadera. Su prevención y tratamiento precoz son fundamentales”.
Objetivos concretos
Por su parte, Francisca Gimeno, jefa del Servicio de rehabilitación del centro piloto Arcángel San Gabriel ASPACE, en Barcelona, indica que “cualquier intervención terapéutica en la parálisis cerebral (PC) debe partir de un enfoque integral desde varios puntos de vista, focalizado en la persona con todas sus características, considerando todos los problemas motrices y ortopédicos que presenta, para centrarse después en los problemas analíticos de las extremidades inferiores (EEII)". "Una vez diagnosticadas las diferentes alteraciones", prosigue, "hay que plantearse qué se puede hacer, qué tratar y cómo hacerlo, siempre buscando unos objetivos concretos, realistas y realizables. Integral, por último, en cuanto al abordaje terapéutico, haciendo uso de los diferentes métodos y formas de tratamiento que existen y están aceptados actualmente".
Respecto al tratamiento, añade esta especialista, “no hay duda de que con unos objetivos claros y concretos, con una buena elección de los músculos diana y una buena técnica de administración, la toxina botulínica (TB) es una de las intervenciones terapéuticas más eficaces para el tratamiento local de la hiperactividad muscular patológica (espasticidad, distonia). Su uso está condicionado a la búsqueda de unos objetivos concretos: funcional, prevenir deformidades, confort, analgésico, cuidado e higiene, postquirúrgico.”