GINECOLOGÍA
Pocas mujeres jóvenes se vacunan contra el cáncer de cuello uterino
JANO.es · 22 noviembre 2010
La American Association of Cancer Research revela este dato, pese a que distintos estudios han mostrado que dicha vacuna es segura y eficaz contra varias cepas del virus.
Pocas niñas adolescentes y mujeres jóvenes se ponen la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) y muchas de las que inician el régimen no reciben las tres dosis, según revela una reciente investigación presentada en la reunión anual de la American Association of Cancer Research, celebrada recientemente en Filadelfia, Estados Unidos.
Aunque estudios han mostrado que la vacuna contra el VPH es segura y eficaz contra varias cepas del virus de transmisión sexual, apenas un tercio de las adolescentes y mujeres jóvenes que inician la serie de tres dosis la completan, y casi tres cuartas partes ni siquiera la comienzan, según informa la asociación.
"Entre las mujeres que son elegibles para esta vacuna y que podrían beneficiarse potencialmente, las tasas de vacunación no son suficientes para prevenir al máximo el cáncer de cuello uterino", señaló la autora del estudio la Profa. J. Kathleen Tracy, de la University of Maryland School of Medicine, de Baltimore, Estados Unidos. "Esto resalta la necesidad de promociones de salud pública y patrones de práctica para fomentar la administración de las vacunas, o al menos discutir las ventajas y desventajas", comentó la Profa. Tracy.
La Profa. Tracy comenzó un estudio para ver si los mensajes de texto animarán a las mujeres de 18 a 26 años a cumplir con sus citas de seguimiento para las próximas dosis de la vacuna. Alrededor del 30% de las muchachas de 14 a 19 años de edad que son sexualmente activas están infectadas con VPH en un momento dado. Con el tiempo, la infección persistente puede llevar a cáncer del cuello uterino.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan que la vacuna se dirija a niñas de 11 a 12 años, pues la mayoría en ese grupo de edad aún no tienen relaciones sexuales y por tanto aún no han resultado expuestas al VPH. Una encuesta de 2008 encontró que apenas alrededor de la mitad de las madres estadounidenses tenían la intención de vacunar a sus hijas menores de 13 años contra el virus del papiloma humano, a pesar de las directrices gubernamentales que sugieren lo contrario.
Estudio sobre 9.600 casos
Esos autores observaron los expedientes médicos de 9.658 niñas y mujeres de nueve a 26 años de edad que fueron atendidas en el Universidad de Maryland School of Medicine, entre agosto de 2006 y agosto de 2010. Apenas 27,3% de ellas optó por iniciar la vacuna. De éstas, 39,1% completaron sólo una dosis, 30,1% recibió dos dosis, y 30,7% terminó la serie.
El mismo estudio comprobó que las mujeres negras eran menos propensas que las blancas a recibir las tres dosis, y las mujeres de 18 a 26 eran menos propensas que las chicas más jóvenes a completar la serie. El Dr. Mark Wakabayashi, del City of Hope Cancer Center, de Duarte, Estados Unidos, opina que las sospechas sobre las vacunas en general, lo que incluye una preocupación perdurable de que las vacunas infantiles puedan causar autismo, podrían causar cierta renuencia. En general, se considera que esos temores sobre el autismo carecen de base.
El estigma que rodea a las enfermedades de transmisión sexual también podría ser un elemento disuasorio. "Las enfermedades de transmisión sexual tienen connotaciones, así que creo que muchos padres piensan que, cuando se habla sobre menores de edad, todos los demás deben ponerse la vacuna, excepto su propia hija", apuntó el Dr. Wakabayashi, que recomienda la vacuna a los padres con quienes trabaja.
La Profa. Tracy indicó que las mujeres de 18 a 26 años podrían estar ocupadas con las transiciones de la vida en ese momento, como dejar el hogar e ir a la universidad. Para muchas mujeres jóvenes, esta es la primera vez que toman sus propias decisiones médicas. En cuanto al grupo de menor edad, los padres podrían también estar ocupados, o no estar tan entusiasmados sobre una segunda dosis si hubo un efecto secundario, como dolor en el lugar de la inyección o desmayos, tras la primera dosis, especuló.