FARMACOLOGÍA
JANO.es · 19 marzo 2012
Investigadores de la Universidad de Stanford desarrollan dos bases de datos donde aparecen descritas las adversidades de miles de fármacos.
"Los efectos secundarios incluidos en el prospecto de los medicamentos no son suficientes", explica a SINC Nick Tatonetti, de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), autor de un estudio publicado en la revista Science Translatonal Medicine que analiza con nuevos algoritmos las posibles interacciones entre miles de medicamentos a partir de bases de datos sobre sus efectos.
El equipo de Tatonetti ha constatado, por ejemplo, que pacientes tratados con tiazidas para la hipertensión y que también toman un tipo concreto de antidepresivos tienen más posibilidades de tener arritmias cardíacas que los que sólo toman uno de los dos medicamentos.
Antes de comercializar un medicamento, se llevan a cabo estudios para probar su seguridad. El problema, según Tatonetti, es que el grupo de personas incluido en estos ensayos es relativamente pequeño y homogéneo, y que la mayoría no prevén la interacción del medicamento con otros ya presentes en el mercado. Asimismo, este especialista señala que lo adecuado, en esta clase de estudios, sería "comparar pacientes con la misma historia médica, edad, peso y otros factores, y esos datos no se incluyen de manera rutinaria en las bases de datos".
Los resultados de la investigación se presentan en forma de dos nuevas bases de datos que “mejorarán la detección y prevención de los efectos adversos de los fármacos”, señalaTatonetti. Además, también predicen nuevos usos para medicamentos ya conocidos y muestran que algunos con distinta estructura y distintas indicaciones pueden tener los mismos efectos secundarios.
►Ver artículo en 'Science Translational Medicine'