ALERGOLOGÍA
JANO.es · 04 enero 2013
Entre los síntomas más habituales derivados de la alergia a los cipreses están la rinitis, la conjuntivitis y el asma bronquial.
Desde hace varios años se vienen registrando cada vez más casos de alergias estacionales y que afectan a un núcleo importante de la población española. Entre estas alergias, las más comunes son las causadas por las partículas de polen aerotransportadas y cuyo ciclo estacional incluye ahora el invierno debido al periodo de polinización del ciprés, una planta no autóctona y muy extendida, según una nota de la farmacéutica Probelte Pharma.
En los últimos 20 años el número de granos de polen por metro cúbico en el aire debido a los cipreses se ha multiplicado por 25 en España, un dato que refleja la incidencia de esta planta, causante de dos de las variantes de alergias respiratorias más frecuentes: la rinitis alérgica y el asma alérgica.
Entre los síntomas más habituales derivados de la alergia a los cipreses están la rinitis (mucosidad nasal acuosa, estornudos, picor y congestión nasal); conjuntivitis (picor, enrojecimiento conjuntival, lagrimeo) y el asma bronquial (disnea, tos seca, dolor torácico y opresión torácica). Sin embargo, el más común suele ser la rinoconjuntivitis. La duración de los síntomas es de unos 2 o 3 meses.
Los tratamientos de inmunoterapia son, hasta la fecha, los únicos que actúan sobre la causa de la alergia y pueden alterar el curso de la misma, y consisten en la administración de dosis crecientes del alérgeno o mezcla de alérgenos para que el organismo produzca sus propias defensas.
►Probelte Pharma