ALERGOLOGÍA
La prolongación de la estación cálida incrementa el número de casos de alergia por picadura de himenópteros
JANO.es · 29 agosto 2012
La SEAIC recomienda que las personas que sufren una reacción alérgica grave sean remitidas al alergólogo.
La prolongación de la estación cálida ha incrementado el número de casos de alergia por picadura de himenópteros, según aseguran los expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), que, asimismo, alertan del peligro que suponen estos insectos en los meses de septiembre y octubre. Los alérgicos al veneno de las avispas y las abejas son ya un 3% de la población.
La coordinadora del Comité de Alergia a Himenópteros de SEAIC, la Dra. Arantza Vega, aconseja a los afectados "no bajar la guardia" porque las avispas y abejas van a seguir activos y agresivos.
Picor, enrojecimiento y edema son las reacciones que producen las picaduras en los alérgicos. Sin embargo, en individuos más susceptibles puede producirse una hinchazón intensa y de larga duración. Si ello va acompañado de dificultades para respirar y alteración del nivel de conciencia, debe acudirse al médico, aduce la Dra. Vega.
Al hilo de esto, la experta señala que, en general, las personas que sufren una reacción alérgica grave "no son remitidas a un especialista en alergia y, por tanto, no reciben un correcto diagnóstico y tratamiento para su enfermedad", lo que, a juicio de esta especialista, "supone un riesgo para su vida".
No acercarse a los nidos
Por otra parte, y con la pretensión de reducir el número de picaduras en los alérgicos, la SEAIC recomienda evitar realizar acciones que puedan hacer que el insecto se sienta amenazado. En este sentido, no es aconsejable acercarse a sus nidos ni hacer aspavientos en su presencia.
Además, no es la mejor idea "comer al aire libre, manipular contenedores de basuras, realizar actividades de jardinería, llevar sandalias o ir perfumados", subraya.
Por último, los expertos afirman que en caso de picadura se recomienda no permanecer en la zona, ya que las feromonas de alarma liberadas durante el ataque podrían atraer a otros insectos e inducir nuevas picaduras.