23 DE SEPTIEMBRE - DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME DE LAS PIERNAS INQUIETAS
Afectados por el síndrome de las piernas inquietas piden mejorar la formación de los médicos de Primaria en esta enfermedad
JANO.es · 23 septiembre 2014
La vicepresidenta de la Asociación Española de Piernas Inquietas (AESPI), Carmen Guijarro, achaca el elevado infradiagnóstico de la dolencia al escaso conocimiento de sus síntomas entre los facultativos.
La vicepresidenta de la Asociación Española de Piernas Inquietas (AESPI), Carmen Guijarro, ha alertado del "escaso conocimiento" de los médicos de Atención Primaria de los síntomas de esta enfermedad, por lo que ha solicitado a las autoridades sanitarias que promueva cursos formativos para estos profesionales.
Según ha explicado Guijarro a Europa Press con motivo de la celebración del Día Mundial del Síndrome de las Piernas Inquietas (SPI), existe un "elevado" infradiagnóstico debido, entre otros motivos, a que los médicos de AP no conocen bien los síntomas que produce la enfermedad y, por ende, no derivan a los pacientes al neurólogo, médico encargado de poner un tratamiento y diagnosticar el grado de afectación de la enfermedad.
El síndrome delas piernas inquietas es un trastorno neurológico que en el 65% de los casos es hereditario y, que afecta a entre el 5 y el 10% de la población entre 18 y 65 años y a entre el 15 y el 20% de los mayores de 65 años. A pesar de que se suele diagnosticar en personas de mediana edad, con frecuencia el origen de los síntomas se produce en la infancia, siendo confundidos con los llamados dolores de crecimiento o con la hiperactividad infantil.
La enfermedad suele afectar de manera diferente a cada persona, aunque el síntoma más común es la necesidad imperiosa de mover las piernas, especialmente durante las últimas horas de la tarde y de la noche, afectando así a la calidad del sueño y, por ende, provocando cansancio y falta de concentración en los pacientes.
La investigación, paralizada por falta de medios
Asimismo, la vicepresidenta de AESPI ha indicado que no hay apenas tratamientos contra la enfermedad y ha informado de que actualmente los pacientes están siendo tratados con tratamientos y fármacos que se utilizan para enfermos de párkinson, aunque a dosis "muchísimo más pequeñas".
Para detectar la enfermedad, los neurólogos se apoyan en los síntomas de los pacientes, así como en pruebas complementarias como, por ejemplo, los análisis de sangre para identificar probables alteraciones en los niveles de hierro y ferritina; un 'test' de inmovilización para evaluar la calidad del sueño e identificar los movimientos periódicos en piernas y brazos; así como la identificación y descarte de lesiones en nervios periféricos y raíces nerviosas de las extremidades.
"Es una enfermedad que todavía no está bien investigada y casi todas las líneas de estudio están paralizadas por la falta de medios", ha apostillado Guijarro de la Villa, para destacar la importancia que tiene el diagnóstico temprano para mejorar la calidad de vida de los pacientes.