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PUBLICADO EN 'NATURE REVIEWS CANCER'

Científicos del CNIO revisan el papel de la cohesina en el desarrollo de ciertos tumores

JANO.es · 26 junio 2014

Este complejo de proteínas evita la separación prematura de las cromátidas hermanas, lo que facilita tanto la distribución del material genético entre cada célula hija, como la reparación del ADN.

Secuenciaciones masivas de genomas del cáncer apuntan a que nuevos genes podrían estar involucrados en el proceso de formación del tumor. Buen ejemplo de ello es la cohesina, un complejo de proteínas en forma de anillo que abraza el ADN para controlar la división celular. La mutación en proteínas de cohesina son muy comunes en varios tipos de cáncer, como el de vejiga y el melanoma.

Hace apenas unos meses y después de varios estudios en la misma dirección, la secuenciación de miles de muestras de tumores apuntó al gen STAG2, cuyo producto forma parte de la cohesina, como uno de los genes más frecuentemente mutados en varios tipos de cáncer, como el de vejiga y el melanoma. El reto ahora es comprender la relación entre la cohesina y el desarrollo y la evolución del cáncer, un área donde actualmente hay pocos datos.

La jefa del Grupo de Dinámica de Cromosomas en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Ana Losada, resume en la revista Nature Reviews Cancer las últimas investigaciones sobre el papel de la cohesina, su regulación, así como su recientemente identificada función de posible motor o facilitador de tumores.

Según el artículo, la cohesina "evita la separación prematura de sus cromátidas hermanas [las que contienen el material genético duplicado antes de la división celular]", lo que facilita tanto la distribución igual del material genético entre cada célula hija como la reparación del ADN.

"Desde hace unos años, varios estudios han añadido una nueva función a estos complejos en el mantenimiento de la estructura 3D de la expresión del genoma y el gen", dice Losada. En este caso, la cohesina interviene durante la interfase del ciclo celular, cuando las células no se están dividiendo y que es la etapa más larga en el ciclo celular de la vida de una célula.

Esta nueva función, además del papel de reproducción celular, abre un campo aún desconocido para el estudio de las enfermedades oncológicas, que podrían ayudar a comprender la importancia funcional de las mutaciones de la cohesina y su relación con el cáncer.

La revisión hace una mención especial de varios estudios sobre el cáncer de vejiga, en el que las mutaciones STAG2 son las más frecuentes, lo que representa "hasta un 30% de las mutaciones en los tumores de grado más bajo y hasta entre un 10 y un 15% en los más agresivos", según los autores del trabajo.

Entre los estudios mencionados hay un artículo reciente coordinado por Francisco X. Real y Núria Malats, del CNIO, en el que los investigadores describieron cómo las mutaciones STAG2 no se correlacionan con las alteraciones en la composición genética de las células tumorales.

A partir de sus observaciones, los científicos llegaron a la conclusión de que "el gen participa en el cáncer de vejiga a través de distintos mecanismos para la distribución [de material genético]". Losada señala que una mejor comprensión de la biología de la cohesina y generar nuevos modelos animales y celulares deficientes de estas proteínas podrían contribuir a una mejora en el diagnóstico y tratamiento de pacientes.

Desde su descubrimiento de la cohesina en organismos vertebrados a finales de la década de los noventa, Losada ha centrado su investigación en esta área del conocimiento utilizando diferentes modelos experimentales, como la rana africana Xenopus laevis o el ratón.

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