PUBLICADO EN 'INTERNATIONAL JOURNAL OF BIOLOGICAL SCIENCES'
Científicos españoles apuntan a la infección con hongos como probable causa de la ELA
JANO.es · 04 mayo 2015
El mismo equipo ha presentado evidencias que vinculan las infecciones fúngicas con otras enfermedades neurodegenerativas.
El grupo de investigación que lidera Luis Carrasco en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO), centro mixto UAM-CSIC, ha encontrado proteínas fúngicas y DNA de varias especies de hongos en cerebro y líquido cefalorraquídeo de pacientes que padecieron ELA (esclerosis lateral amiotrófica).
Las distintas especies de micosis encontradas (entre otras Candida albicans, Cryptococcus spp. y Malasezzia spp.) podrían ser la causa de dicha enfermedad, según proponen los investigadores en un trabajo publicado en International Journal of Biological Sciences.
“Nuestros estudios sobre cortes de tejido de cerebro demuestran la existencia de material fúngico y corpúsculos intracelulares, a los que hemos denominado endomicosomas. Estas estructuras fúngicas pueden detectarse mediante inmunofluorescencia, usando anticuerpos que reaccionan específicamente contra proteínas de hongos”, asegura Carrasco.
La ELA es una enfermedad que afecta a las neuronas motoras. En la mayoría de los casos provoca la muerte en un período de 2 a 5 años después de su diagnóstico.
El equipo de Luis Carrasco, que lleva varios años estudiando la posible etiología de la ELA, el párkinson y el alzhéimer ha publicado recientemente varios trabajos que también vinculan las infecciones fúngicas con el alzhéimer y la esclerosis múltiple.
Además, la diversidad en la evolución y la severidad en los síntomas clínicos observados en este tipo de enfermedades parecen estar relacionadas con el trasfondo genético de cada persona y el estado de su sistema inmune.
Según los autores la comprobación definitiva de que las enfermedades neurodegenerativas están causadas por infecciones con hongos podría obtenerse mediante ensayos clínicos adecuados, los cuales deberían realizarse en hospitales con la colaboración de las compañías farmacéuticas que elaboran compuestos antifúngicos. En el trabajo también han participado investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII).