PUBLICADO EN 'NUTRICION HOSPITALARIA'
Demuestran que un programa de ejercicio disminuye la apnea del sueño en niños y adolescentes con sobrepeso
JANO.es · 04 abril 2014
El programa se completaba con una mejor distribución de las comidas a lo largo del día y unas pautas para restringir el consumo de hidratos de carbono.
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Hospital Clínico San Cecilio de Granada han demostrado que un programa de ejercicio ayuda a niños y adolescentes con sobrepeso a disminuir considerablemente la apnea y a mejorar la calidad del sueño.
Este trabajo, publicado en Nutrición Hospitalaria, advierte de que entre el 13 y el 66% de los niños y adolescentes obesos padecen apnea del sueño, lo que afecta a la función neurocognitiva, al comportamiento y al sistema cardiovascular.
Para realizar esta investigación, los científicos trabajaron con 60 niños y adolescentes de edades comprendidas entre los 10 y los 18 años, que acudieron a la consulta de Endocrinología por tener obesidad en los Hospitales San Cecilio y Virgen de las Nieves de Granada, además de 12 centros de salud de la capital. Todos tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) superior a 25.
A todos ellos se les sometió a un programa de intervención de 12 meses de duración, consistente en tres sesiones a la semana, independiente de la hora semanal de Educación Física del colegio. El programa incluía juegos colectivos, deportes aeróbicos y alternativos, ciclismo y senderismo, informa la UGR en una nota.
La autora principal de este trabajo, María José Aguilar Cordero, catedrática del Departamento de Enfermería de la Universidad de Granada, advierte del "enorme problema epidemiológico" que supone en la actualidad la obesidad infantil, "ya que conlleva una serie de problemas de salud muy graves como una baja autoestima, diabetes tipo 2, hipertensión o apnea del sueño, propios de una edad más adulta". "No estamos hablando de que la obesidad infantil les pueda causar problemas de mayores: es que esos problemas ya los tienen siendo pequeños", añade la investigadora.
Aguilar subraya, por último, que este programa "no ha consistido en poner a régimen a los niños, sino en distribuir las comidas mejor a lo largo del día y en realizar ejercicio varias veces por semana, además de dar unas pautas a los padres para que restrinjan el consumo de hidratos de carbono a sus hijos".