TABAQUISMO
JANO.es · 04 junio 2009
La dificultad para abandonar el tabaco viene determinada por la presencia o ausencia de una variante en un grupo de genes del cromosoma 15q24
De acuerdo con las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Peninsula Medical School de Exeter (Reino Unido) y publicado en la edición digital de la revista Human Molecular Genetics (2009;doi:10.1093/hmg/ddp216), las embarazadas con una variación de un gen asociado con la adicción al tabaco presentan una mayor dificultad para dejar de fumar. Concretamente, la variación se encuentra en un grupo de genes de los receptores de nicotina en el cromosoma 15q24, que está asociado con la adicción al tabaco.
Estudios previos habían mostrado que las mujeres portadoras de esa variación genética fuman más cigarrillos por día. Y si bien para muchas fumadoras el embarazo es el impulso que necesitan para dejar de fumar, algunas siguen teniendo problemas para lograrlo. Por esta razón, los investigadores analizaron si la variación 15q24 tenía un papel clave en las posibilidades de las fumadoras embarazadas de abandonar el tabaquismo.
Como explica la Dra. Rachel M. Freathy, autora principal del estudio, “observamos en casi 2.500 fumadoras embarazadas que las portadoras de la variante genética eran menos propensas a dejar el hábito”. El 21% de las participantes con dos copias de la variante aseguró que había dejado de fumar en el primer trimestre, comparado con el 31% de las mujeres que no presentaban la variación.
La brecha seguía siendo evidente en el tercer trimestre. Un tercio de las mujeres con dos copias de la variante ‘adictiva’ del gen dejó de fumar, comparado con el 47% de las embarazadas sin esa variación genética.
Los resultados demuestran que los genes influirían en la cesación tabáquica, pero la autora advirtió que no son los únicos. “Gran cantidad de las participantes pudieron dejar de fumar aunque eran portadoras de ambas copias adictivas del gen. El gen dificulta la cesación, pero no la hace imposible”, indica la Dra. Freathy.
En definitiva, como concluyen los autores, “si bien se necesitan más estudios para comprobar su efectividad, nuestros resultados podrían usarse para identificar a los fumadores que necesitan ayuda adicional para abandonar la adicción”.