UROLOGÍA
El Vall d'Hebron, pionero en extraer una vejiga y reconstruirla mediante el robot Da Vinci
JANO.es · 25 febrero 2016
En Cataluña, la primera intervención de estas características se realizó el pasado noviembre, y hasta ahora se había utilizado este sistema en 21 ocasiones, pero en todos los casos se había optado por abrir al paciente
El Hospital Vall d'Hebron de Barcelona se ha convertido en el primer centro catalán en practicar una cistectomía con derivación ileal intracorpórea, es decir, la extracción de la vejiga y la creación de la ileostomía, sin abrir al paciente, mediante el uso del robot Da Vinci. Lo ha explicado a Europa Press el representante del Servicio de Urología del centro, Carles Raventós, que ha llevado a cabo tres operaciones con éxito con este robot.
La gran ventaja es que el robot es "muy meticuloso, reduce el sangrado" y permite una recuperación más rápida del paciente que, con la reconstrucción de la vejiga, utiliza una bolsa externa para expulsar la orina, si bien ahora el experto trabaja en otra reconstrucción interna que permita no usar la bolsa externa.
Esta técnica permite preservar las funciones del paciente respecto a la continencia urinaria y a la capacidad de erección sin necesidad de abrir el abdomen y con una importante reducción de la estancia hospitalaria.
En Cataluña, la primera intervención de estas características se realizó el pasado mes de noviembre, y hasta ahora se había utilizado este sistema en 21 ocasiones -19 hombres y 2 mujeres- pero en todos los casos se había optado por abrir al paciente a la hora de realizar la reconstrucción de la vía urinaria.
La operación con el Da Vinci requiere la formación previa del médico, que se sienta frente a un visor en tres dimensiones y unos mandos ergonómicos comparables en habilidad a la mano humana, mediante los cuales transmite instrucciones al robot situado en la mesa de operaciones.
El artilugio cuenta con dos brazos que reproducen con precisión los movimientos que el cirujano indica, un tercer brazo con una cámara endoscópica en tres dimensiones y una cuarta que actúa como un separador automático, sustituyendo a un ayudante.
El Da Vinci limita la necesidad de realizar incisiones abiertas y reduce el tiempo de rehabilitación, además de aumentar la seguridad para el paciente y el cirujano, puesto que los brazos no transmiten temblores y las incisiones y suturas se realizan con mayor precisión.