GINECOLOGÍA
La dieta en embarazadas no está asociada con la salud cardíaca de los futuros hijos
JANO.es · 14 julio 2011
Un estudio no halla diferencias destacables en cuanto al Índice de Masa Corporal (IMC), el colesterol o la presión arterial entre un grupo de niños africanos cuyas madres habían tomado suplementos y el grupo de comparación.
Un estudio realizado en África Occidental y publicado en American Journal of Clinical Nutrition, sugiere que complementar la dieta de las embarazadas con calorías y proteínas extras no protegería a sus hijos de los factores de riesgo cardíacos en la adolescencia. Sin embargo, investigadores ajenos a ese estudio apuntan que el efecto de esas calorías adicionales se manifestaría en los niños algo después, en forma de reducción del colesterol y la presión arterial.
"Aún hay un gran signo de interrogación", indicó Marie-Jo Brion, de la University of Bristol (Reino Unido), sobre cómo funcionan esos suplementos. La teoría general indica que los hijos de mujeres con malnutrición son más propensos a pesar menos al nacer, lo que conllevaría un cierto riesgo cardíaco a largo plazo, explicó el Dr. Prakesh Shah, de la University of Toronto (Canadá).
En el nuevo estudio, los investigadores, dirigidos por Sophie Hawkesworth, de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (Reino Unido), determina algunos factores de riesgo de diabetes y enfermedad cardíaca entre 1.300 niños de Gambia cuyas edades fluctuaban entre 11 y 17 años. La mitad eran hijos de mujeres que habían tomado suplementos alimentarios equivalentes a 1.000 calorías diarias desde la semana 20 de gestación; la otra mitad eran hijos de mujeres que actuaron como grupo de comparación.
Los autores no hallaron diferencias claras entre ambos grupos de adolescentes en cuanto al Indice de Masa Corporal (IMC), el colesterol, la presión o los niveles de glucosa e insulina en sangre, dos indicadores de diabetes. En otro estudio, publicado también en American Journal of Clinical Nutrition, los autores hallaron que darles calcio a las embarazadas no tenía relación alguna con los niveles de presión de los hijos de entre 5 y 10 años.
El Dr. Shah consideró la posibilidad de que los investigadores tuvieran que seguir a los niños muchos más años para detectar alguna diferencia derivada del uso de suplementos o que, quizás, empezar con esos suplementos en la semana 20 de gestación sería tarde para influir en la salud cardíaca infantil.
De cualquier manera, "extrapolar estos resultados a un país desarrollado es complicado", dijo, porque "el estado nutricional subyacente de esas madres es completamente distinto" al de las mujeres de países como Estados Unidos y Canadá. Otra limitación del estudio, según el Dr. Shah, es que el equipo sólo pudo seguir al 60% de los hijos de las participantes del estudio original.