PUBLICADO EN 'JOURNAL OF AGING AND PHYSICAL ACTIVITY'
La ropa compresiva de disipación térmica no reduce la temperatura corporal durante el ejercicio
JANO.es · 24 enero 2017
Un estudio muestra cómo a 40º incluso podrían aumentar el consumo de oxígeno y la producción de CO2.
En los últimos años, se han estudiado muchas estrategias para reducir o retrasar los incrementos en la temperatura corporal central (o interna) y así aumentar el rendimiento deportivo, desde baños en agua helada a la ingesta de granizados, pasando por la aplicación de bolsas de hielo o el uso de ropa compresiva, entre otros.
En concreto, los fabricantes de ropa compresiva aseguran que esta ofrece beneficios termorreguladores al disipar el calor gracias a una mejora en la eficiencia del sudor. Sin embargo, hasta ahora no existen trabajos científicos que respalden estas afirmaciones para la ropa compresiva de la parte superior del cuerpo, donde se produce la mayor sudoración.
Iker Leoz, experto de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), ha investigado la validez de un tipo de ropa compresiva de disipación térmica como estrategia para reducir los incrementos en la temperatura corporal durante el ejercicio en diferentes condiciones ambientales y en población sana y físicamente activa.
“Realizamos cuatro estudios, todos publicados en revistas internacionales de impacto: tres de ellos, con participantes jóvenes y físicamente activos; y un cuarto, en el que reclutamos a individuos mayores, de una media de 66 años, y físicamente entrenados, que se ejercitaron en ambientes termoneutrales, a entre 20 y 23o C; templados, a 25o C; y calientes, a 40o C”, explica Leoz.
Perjudicial incluso en algunos deportes
Las investigaciones mostraron que el uso de ropa compresiva de disipación térmica no ofrece ningún beneficio termorregulador en jóvenes físicamente activos durante un ejercicio de intensidad moderada a una temperatura de 20o C, si bien durante la recuperación pasiva el uso de este tipo de vestimenta sí podría ayudar a reducir la temperatura corporal.
En un ambiente caluroso (40º C) y también en el caso de jóvenes físicamente activos, la ropa compresiva de disipación térmica no mitigó ni el estrés cardiovascular ni el termorregulador durante el ejercicio de intensidad moderada. Y, según constató Leoz, a esa temperatura podría incrementar el estrés cardiovascular durante la recuperación activa e, incluso, aumentar el consumo de oxígeno y la producción de CO2.
En el caso de ciclistas entrenados con una media de 66 años, este tipo de ropa aumentó la temperatura corporal. Por este motivo, Leoz recomienda que esta población no utilice la ropa compresiva de disipación térmica, ya que podría incrementar la aparición de la hipertermia (elevación de la temperatura corporal por encima de valores normales).
El estudio, realizado en esfuerzos intensos (carrera en tapiz hasta la extenuación), reveló que el uso de la ropa térmica compresiva de disipación térmica no solo no mejoró el rendimiento en corredores recreacionales, sino que lo disminuyó. Además, se constató que esta ropa podría incrementar la frecuencia cardiaca después de un esfuerzo intenso.