PUBLICADO EN 'JOURNAL OF THE AMERICAN MEDICAL ASSOCIATION'
Los beneficios de la mamografía se sobreestiman y sus riesgos se subestiman, según un estudio
JANO.es · 02 abril 2014
La investigación señala que aproximadamente el 19% de las mujeres diagnosticadas por mamografía está sobrediagnosticado, lo que se traduce en tratamientos innecesarios de cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Una revisión de estudios sobre los beneficios y daños de la mamografía de cribado acaba de sugerir que los aspectos positivos de esta prueba a menudo se sobreestiman, mientras que los negativos se subestiman. Los resultados de esta revisión, realizada por investigadores del Departamento de Política de Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Hospital Brigham y de Mujeres, en Estados Unidos, se publican en Journal of the American Medical Association.
La Sociedad Americana del Cáncer calcula que cerca de 40.000 mujeres estadounidenses morirán de cáncer de mama este año. En 2009, los Servicios de Prevención de Estados Unidos (USPSTF, por sus siglas en inglés) revirtieron la recomendación de realizar la mamografía cada uno o dos años a partir de los 40 años y aconsejaron el cribado de rutina cada dos años, comenzando a los 50, recuerdan los investigadores.
Pero estas recomendaciones siguen levantando controvertidas entre la comunidad médica, y la evidencia sugiere que el uso de la mamografía en Estados Unidos no ha cambiado. "Les digo a mis pacientes que la mamografía no es una prueba perfecta", subraya Nancy Keating, profesora asociada de Políticas de Atención Sanitaria en Harvard y coautora del informe.
"Algunos cánceres se perderán, algunas personas morirán de cáncer de mama independientemente de que se hagan una mamografía y un pequeño número de personas que sin esta prueba podrían haber muerto de cáncer de mama se salvarán", señala esta investigadora.
Los autores del documento creen que la reducción de la mortalidad por cáncer de mama gracias a los exámenes anuales para mujeres es de aproximadamente el 19%. Para las de 40 años, la reducción del riesgo es de un 15% y para las de 60 años, del 32%. Pero, por otra parte, la mamografía se asocia con daños que afectan a todas las mujeres que se someten a las pruebas de detección, no sólo a aquellas que con el tiempo se benefician de estas pruebas.
Así, por cada 10.000 mujeres de 40 años que se someten a una mamografía anual durante diez años, alrededor de 190 serán diagnosticadas de cáncer de mama. De esas 190, alrededor de 5 evitarán la muerte por cáncer de mama gracias a su detección, pero alrededor de 25 morirán, independientemente de la mamografía. El resto sobrevivirá, gracias, en gran parte, a los avances en el tratamiento del cáncer de mama.
Tal como explica Keating, el daño principal asociado con la mamografía es el riesgo de sobrediagnóstico, es decir, el diagnóstico de cánceres que nunca se habrían convertido en clínicamente evidentes durante la vida de una mujer, bien porque el cáncer no crece o porque el paciente muere antes por otra causa.
Este estudio subraya que aproximadamente el 19% de las mujeres diagnosticadas por mamografía está sobrediagnosticado, lo que significa que cerca de 36 de las 190 mujeres que se sometieron a una mamografía anual durante diez años y se les diagnosticó cáncer de mama serán tratadas innecesariamente con cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Falso positivo
Además, más de la mitad de las mujeres que se realiza revisiones anuales durante diez años puede tener un mamograma falso positivo que requiere tomar imágenes adicionales y alrededor del 20% de estos falsos positivos tienen como resultado la realización de biopsias innecesarias. Estudios demuestran que estos falsos positivos causan algo de ansiedad a corto plazo, pero no hay consenso sobre el daño duradero.
"Aunque se necesita más investigación sobre los beneficios de la mamografía y los daños, los datos existentes sugieren que hemos estado sobrestimando los beneficios de la mamografía y subestimando los daños durante los últimos años", sentencia Lydia Pace, becaria de investigación en el Hospital Brigham y de Mujeres.
A su juicio, resulta "realmente importante" mantener conversaciones con las pacientes para ayudarles a entender los posibles beneficios de someterse a una mamografía y las potenciales desventajas para que puedan valorar y decidir por sí mismas. El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad, por lo que las mujeres de 50 y 60 años obtienen más beneficios en relación con el riesgo de daños, además de que otros factores, incluyendo antecedentes familiares y si una mujer ha dado a luz y cuándo, también cambian la relación riesgo/beneficio.