NUTRICIÓN
JANO.es y agencias · 22 agosto 2011
Los cambios en el estado civil favorecen ganancias y pérdidas de peso lo suficientemente grandes como para representar un riesgo para la salud.
Tanto el matrimonio como el divorcio pueden acarrear unos kilos de más, pero los hombres tienen más probabilidades de aumentar de peso tras el divorcio, mientras que las mujeres corren más riesgo de engordar tras el matrimonio, según un estudio de la Universidad de Ohio (Estados Unidos).
"Claramente, el efecto en el peso de los cambios en el estado civil varían según el sexo", explica el autor principal del estudio y estudiante de doctorado en Sociología de la Ohio State University, Dmitry Tumin.
"Los divorcios en los hombres y, en cierta medida, los matrimonios en las mujeres favorecen ganancias de peso que pueden ser lo suficientemente grandes como para representar un riesgo para la salud", detalla Tumin.
Según el experto, "para las personas que están rondando los 25, no hay mucha diferencia en la probabilidad de aumentar de peso respecto a alguien que se acaba de casar y alguien que nunca se ha casado. Pero más tarde sí hay mucha diferencia".
Tumin realizó el estudio con el profesor de Sociología de la Universidad de Ohio, Zhenchao Qian, y presentarán sus conclusiones, hoy, 22 de agosto, en la reunión anual de la American Sociological Association.
Tumin y Qian se sirvieron de los datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud del 79, una muestra nacionalmente representativa de hombres y mujeres que ese año se hallaban entre los 14 y los 22. Las mismas personas fueron encuestadas todos los años hasta 1994 y cada dos años desde entonces.
3 kg arriba, 3 kg abajo
Para su estudio, los investigadores utilizaron datos correspondientes a 10.071 personas encuestadas de 1986 a 2008 para determinar la ganancia de peso en los dos años siguientes al matrimonio o el divorcio, para lo que incluyeron datos sobre el índice de masa corporal (IMC), una medida utilizada para calcular la relación entre peso y altura.
Los investigadores separaron a las personas en cuatro grupos: los que tenían una reducción de peso de unos 3 kilogramos en los dos años posteriores al haber contraído matrimonio, los que tenían un pequeño aumento de 3 kilogramos, los que presentaban un gran aumento y aquellos que ni presentaban pérdida ni ganancia de peso.
Tanto los hombres como las mujeres que se casaron o se divorciaron tienen más probabilidades de tener un pequeño aumento de peso en los dos años siguientes a su transición civil que los que nunca se han casado.
"Para la mayoría de la gente, el aumento de peso que se ve después de una transición civil es relativamente pequeño, no algo que se vea como una amenaza grave para la salud", dijo Tumin.