MICROBIOLOGÍA
Nuevos datos sobre cómo S. aureus escapa a nuestro sistema inmunitario
JANO.es · 25 marzo 2008
La bacteria posee un mecanismo para producir ácido láctico, el cual le permite sobrevivir en presencia de óxido nítrico
Santiago de Compostela, ciudad de peregrinos, un gran destino, el Primer Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio de la Humanidad.
Desde hace 12 siglos, esta ciudad medieval entró en la historia espiritual y cultural al encontrarse los restos del Apóstol Santiago. Así nació el Camino de Santiago.
Los monumentos. El kilómetro cero de las rutas jacobeas lo marca el centro de la bellísima plaza del Obradoiro, en la que se mira la Catedral y el Hostal de los Reyes Católicos. Pero toda la ciudad es un monumento, monasterios, conventos...
Arte. El arquitecto portugués Álvaro Siza es autor del proyecto del Centro de Arte Contemporáneo. También destaca el Auditorio de Galicia, sede de la Real Filarmónica.
Restaurantes. Me gusta disfrutar de una cocina vanguardista firmada por Toñi Vicente y del clasicismo de Casa Vilas y Manolo Vilas, sin olvidarme de Roberto, pero hoy es Marcelo Tejedor quien marca la pauta en su reputada Casa Marcelo, que presenta la oferta más sólida y con más técnica.
Cocina de mar. Esta tierra goza culinariamente de la fama de sus mariscos, desde la rica vieira, símbolo de peregrinos, a los berberechos —riquísimos en sopas o cocinados al vapor—, las almejas, las ostras, y qué decir de santiaguiños y percebes suculentos, hasta llegar al bogavante, la langosta y, quizás, como sorpresa de innovadoras ensaladas, o acompañando pescados, la excelsa cigala, posiblemente el producto que más se prodiga en la restauración pública gallega. Pero el mar también ofrece manjares que son seculares: el pulpo a feira o guisado, ¡qué maravilla!
Otras joyas culinarias. En Santiago, como en toda Galicia, no debemos olvidarnos de las ricas y populares empanadas de carne, bacalao, atún, berberechos..., y naturalmente degustar un lacón con grelos, síntesis del cocido, una olla en la que huerta y cabaña autóctonas se funden en texturas, en aromas, en sabores.
El colofón. No se vayan de la ciudad del apóstol sin probar unas filloas, un postre exquisito reconfortante, y todo regado con magníficos vinos Albariños, Ribeiros y el inexcusable orujo o, si lo prefieren, una queimada.