PUBLICADO EN 'PLOS ONE'
JANO.es · 07 marzo 2016
Un estudio evalúa los posibles riesgos y beneficios para la salud de la promoción del transporte activo para ir al trabajo en 6 ciudades europeas, entre ellas, Barcelona.
Un estudio liderado por científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) centro aliado de ISGlobal, ha evaluado los riesgos y beneficios para la salud de la promoción del transporte activo para ir al trabajo en dos escenarios: el aumento del uso de la bicicleta y caminar más. El trabajo, publicado en Plos One, se ha llevado a cabo con individuos entre los 16 y los 64 años en 6 ciudades europeas: Barcelona, Basilea, Copenhague, París, Praga, y Varsovia. Tanto la bicicleta como caminar más produjeron beneficios para la salud en las 6 ciudades.
Los investigadores hallaron que un aumento del 35% de todos los viajes en bicicleta (al nivel de Copenhague) producía los beneficios más altos en Varsovia, con una media de 113 muertes anuales evitadas, por 61 en Praga, 37 en Barcelona y París y 5 en Basilea.
“Un aumento en viajes a pie del 50% (al nivel de París) dio como resultado 19 muertes evitadas anualmente en Varsovia, 11 en Praga, 6 en Basilea, y 3 en Copenhague y Barcelona. Los escenarios estudiados también mostraron una reducción en las emisiones de dióxido de carbono en las seis ciudades de 1.139 a 26.423 toneladas por año”, explica David Rojas, investigador de CREAL e ISGlobal y primer autor de este estudio.
Cambio en las políticas
Las políticas para promover el transporte activo puede producir beneficios para la salud, pero estas dependen de las características actuales de las ciudades. El aumento de la colaboración entre los diferentes profesionales de la salud, los especialistas en transporte y los planificadores urbanos ayudará a introducir la perspectiva de la salud en las políticas de transporte y promover el transporte activo.
“Estas políticas producirán mayores beneficios para la salud cuando se centren en la población más sedentaria o en los modos de transporte más sedentarios. Es decir, los automóviles”, comenta Mark Nieuwenhuijsen, coordinador del estudio TAPAS.