CLÍNICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
Realizan implantes dentales sin usar injertos óseos en un paciente afectado por la enfermedad de huesos de cristal
JANO.es · 26 marzo 2014
Cirujanos de la CUN aplicaron una técnica denominada 'cortical split', consistente en provocar una fractura del hueso maxilar, para, de este modo, ensancharlo, colocar el implante y rellenar el defecto con virutas óseas del propio paciente
Especialistas del Departamento de Cirugía Oral y Maxilofacial y de la Unidad Dental de la Clínica Universidad de Navarra han conseguido realizar con éxito siete implantes dentales en una persona afectada por la enfermedad de los huesos de cristal (osteogénesis imperfecta), sin utilizar injertos óseos.
Según el director de Cirugía Oral y Maxilofacial de la Clínica, el doctor Luis Naval, en los últimos 15 años, la literatura científica ha recogido seis casos en los que "se ha tenido que realizar algún tipo de regeneración ósea por falta de hueso adecuado debido a la enfermedad".
El especialista ha señalado que "el paciente llevaba años siendo tratado con bifosfonatos con el fin de aumentar la calcificación ósea, un tratamiento que en los últimos años se ha comprobado que puede generar necrosis óseas en los maxilares ante pequeños traumatismos, lo que suponía un riesgo añadido".
Para evitar este efecto adverso, ha destacado el Dr. Naval, el equipo de especialistas de la Clínica determinó suspender el tratamiento para la osteoporosis durante unos meses. Para la intervención, se administró sedación y anestesia local al paciente. De este modo, ha precisado este experto, "pudimos realizar todos los tratamientos en dos fases, separadas una y otra por varias semanas, colocando entre tanto prótesis provisionales".
En la primera fase de la intervención se procedió a la extracción de las piezas dentales. A continuación, los cirujanos maxilofaciales aplicaron una técnica denominada 'cortical split', consistente en provocar una fractura 'controlada' (en tallo verde) del hueso maxilar, para, seguidamente, ensancharlo, colocar el implante y rellenar el defecto con virutas óseas del propio paciente, junto a un biomaterial en zonas que precisaban un aumento de la anchura de la mandíbula.
"Realizamos todo el procedimiento sin utilizar injertos óseos, por lo que la recuperación fue mucho más rápida y en cuatro meses ya estaban listos los implantes para utilizar", ha descrito el Dr.Naval.