IDIAP JORDI GOL
JANO.es · 21 diciembre 2015
Varios estudios sitúan la prevalencia del consumo de benzodiacepinas en mayores de 65 años en el 20%.
La demencia es una enfermedad degenerativa que provoca deterioro de la memoria, pero también de otras funciones cognitivas. Muy frecuentemente las demencias generan síntomas psicológicos y conductuales tales como agitación, irritabilidad, trastornos del sueño, alucinaciones o agresividad, etc. De hecho, según los expertos, el 90% de los pacientes con demencia desarrollan algunos de estos síntomas en los 5 años posteriores a su enfermedad.
Tal como explica Mireia Massot, farmacéutica de atención primaria del ICS e investigadora del IDIAP Jordi Gol, "el tratamiento para paliar estos síntomas sería el establecimiento, en un primer momento, de medidas no farmacológicas y, en caso de que no sean efectivas, habría que añadir un tratamiento farmacológico para paliar los síntomas". No obstante, varios estudios sitúan la prevalencia del consumo de benzodiacepinas en mayores de 65 años en el 20%, e indican que un 40% de los mayores de 65 años toma antidepresivos, mientras que un 24,8% de este mismo grupo de edad toma antipsicóticos.
Massot ha dirigido un estudio en que demuestra, a partir de una revisión de la prescripción farmacéutica en residencias geriátricas, que se puede conseguir reducir el consumo de psicofármacos (antidepresivos, benzodiacepinas, antipsicóticos) en enfermos con demencia.
La reducción del tratamiento farmacológico supone, asimismo, una reducción de los riesgos asociados: disminución de la capacidad cognitiva, rigidez, somnolencia, o complicaciones como la broncoaspiración.
Para llevar a cabo este trabajo, se analizó a una población asignada a cinco residencias geriátricas de la provincia de Barcelona. En total, participaron en el proyecto de investigación 182 ancianos, de los cuales un 72,53% eran mujeres y con una media de edad de 86,85 años. Se revisó la medicación pautada a este tipo de pacientes con demencia y, al mismo tiempo, se ofreció formación al profesional de medicina de la residencia, para que revisara el tratamiento farmacológico en función de las patologías de los pacientes, sus variables clínicas y su estado general.
Se hizo un seguimiento al cabo de un mes de la revisión y la formación y se observó una reducción de la prescripción de psicofármacos de un 39,57%. Se mantuvo la reducción a los seis meses de la intervención. En cifras, se pasó de un consumo total inicial de 508 psicofármacos a 332, después de la intervención.
Por todo ello, la investigadora principal del proyecto, Mireia Massot, considera que "el estudio ha demostrado que hay que revisar las pautas de medicación y ofrecer formación a los médicos de las residencias, para adecuar la prescripción en el estado general del paciente y su clínica. Al hacerlo, hemos podido reducir de forma muy significativa, un 40%, la medicación de psicofármacos en pacientes ancianos con demencia".