NEUROLOGÍA
JANO.es y agencias · 18 julio 2008
Las personas con una actividad reducida en la corteza orbitofrontal parecen más vulnerables a desarrollar este trastorno
La actividad reducida en un área del cerebro localizada detrás de los ojos podría estar asociada al riesgo de desarrollar un trastorno obsesivo-compulsivo, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), que se publica en "Science".
Los autores explican que el trastorno obsesivo-compulsivo es una enfermedad debilitante caracterizada por pensamientos y conductas repetitivas y que suele aparecer miembros de una misma familia, aunque los investigadores no han tenido éxito en la identificación de genes implicados en el trastorno.
En estudios anteriores realizados con pacientes afectados por el trastorno se ha detectado el funcionamiento anómalo de la corteza orbitofrontal, área del cerebro responsable de procesos cognitivos como la toma de decisiones. Sin embargo, no está claro si esta anomalía se debe a los síntomas del trastorno o si es un marcador de vulnerabilidad, que indicaría que las personas han heredado los genes que aumentan su riesgo de desarrollar el trastorno.
Los autores, dirigidos por Samuel Chamberlain, controlaron la actividad cerebral de pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo y la de sus familiares de primer grado que no presentaban síntomas de la enfermedad junto con un grupo control durante ejercicios de aprendizaje inverso.
Estos ejercicios requieren de los participantes circular a través de una serie de imágenes mediante un proceso de ensayo y error, para identificar un orden preseleccionado de imágenes. Con estos ejercicios, los investigadores observaron una activación reducida de la corteza orbitofrontal en los pacientes con el trastorno y sus familiares, en comparación con los controles.
Este hallazgo acentúa, además, la importancia de esta región del cerebro en la toma de decisiones cotidianas y podría ayudar a arrojar luz sobre las causas que subyacen al trastorno obsesivo-compulsivo.