Sábado, 20 de Abril del 2024

Últimas noticias

NEUROLOGÍA

Autismo y trastornos del lenguaje con base genética común

JANO.es · 19 marzo 2008

Nuevos estudios moleculares parecen corroborar la comorbilidad observada entre ambos trastornos, según una investigación de la Universidad de Oviedo

En la mesa sobre “nuevas herramientas de gestión” del anterior congreso de la semFyC en Sevilla, me sorprendió no escuchar a los ponentes hablar —como es por otra parte habitual— de las entidades de base asociativa (EBAS) o de los centros de salud como parte de los consorcios hospitalarios, etc., es decir, hablar de los distintos sistemas de provisión de servicios en la atención primaria (AP), tal como ocurre en autonomías como la catalana. Se departió en esta mesa de experiencias en la aplicación de herramientas de gestión de la AP —gestión por procesos, los sistemas de case mix en AP, gestión clínica—, pero aplicados sólo a nuestro actual sistema, y esto me reconfortó.

Y es que pienso que es importante hablar de mejorar la AP sin utilizar argumentos que impliquen el desgajamiento del actual sistema de atención primaria en distintos proveedores, como si la solución estuviera en privatizar la gestión. Pues creo que no se debe confundir la descentralización de la gestión con el desmantelamiento del sistema.

A estas alturas, por lo que vamos leyendo —informe Avedis Donavedian sobre la diversificación de provisión de servicios en Catalunya 2002—, y oyendo a los compañeros que trabajan en las distintas experiencias de diversificación de proveedores, no creo que éstas hayan demostrado que sea la solución a los males de nuestro sistema de atención primaria.

Es bueno hacer innovaciones en la gestión manteniendo lo que tenemos; por ello no creo que sea la solución desgajar partes del sistema para que la gestión privada salve al sistema público, máxime cuando el motivo fundamental, tras supuesta eficiencia del centro sanitario, es obtener beneficios económicos a final del año a costa del erario público.

Porque no nos olvidemos que “el efecto riqueza”, lógico y comprensible en cualquier actividad humana, a la vez que un potente efecto motivador en los médicos tiene efectos perversos en el ámbito sanitario cuando una entidad privada gestiona la AP dentro un mar asistencial público. Y es que en estas condiciones ni sirven los oligopolios —porque no los hay— ni la competencia, porque la comparación no es posible al no ser las condiciones las mismas, y pueden presentarse tentaciones de disminuir el gasto a expensas de “parasitar” el sistema público —selección adversa de paciente menos consumidores, falta de accesibilidad a los no censados en el centro, derivación a hospitales o urgencias donde las pruebas diagnósticas salen gratis...—, o de utilizar sistemas de gestión vetados a los centros públicos —especialización según tareas, reestructuración de las plantilla, pago por horas, condiciones laborales draconianas...

A mi entender, uno de los grandes logros de nuestro sistema es que las actuaciones de los médicos de la AP pública española no se mueven aún por incentivos puramente económicos; las motivaciones en este momento son mucho más trascendentales —buena praxis, sensación del trabajo bien hecho, reconocimiento, recomendaciones, guías...— que pecuniarias, y esto abarata enormemente el gasto sanitario. Fomentar el incentivo económico como motor de nuestro quehacer diario puede tener los efectos que todos hemos oído de los compañeros que trabajan para el NHS: que lo incentivado económicamente se realiza y lo que deja de incentivarse deja de hacerse, por mucha recomendación científica que exista, encareciéndose enormemente el sistema y empeorando la asistencia.

En este sentido, no entiendo por qué al diversificar la provisión no se ha obligado a los distintos proveedores a que los beneficios económicos derivados de la buena gestión económica asistencial no reviertan íntegramente en la misma empresa sanitaria, mejorando las estructuras de centro, las condiciones asistenciales... al modo de las mutuas de accidentes de trabajo —entidades que al fin y al cabo son colaboradoras de la Seguridad Social—, pues si lo que realmente se persigue es la eficiencia de la gestión con la descentralización a través de proveedores, este sería el camino; si no, lo contrario, es la eficiencia por el negocio, con todos sus efectos perversos.

La gestión por proceso o el case mix exigen un mismo sistema de información, por lo que no entiendo que, habiendo creado esta herramienta en Baleares —una historia clínica electrónica única en AP—, y contando con un sistema público homogéneo de AP con un funcionamiento a grandes rasgos correcto, se intente crear un estado de opinión tendente a la creación de EBAS, fomentando sistemas alternativos de información, desigualdades de atención sanitaria, incertidumbres y, a mi entender, riesgos innecesarios.

“Es importante hablar de mejorar la AP sin utilizar argumentos que impliquen el desgajamiento del actual sistema de atención primaria en distintos proveedores, como si la solución estuviera en privatizar la gestión.”

Noticias relacionadas

31 Jan 2008 - Actualidad

Epilepsia, posible síntoma clave en el autismo

Un equipo barcelonés del Hospital del Mar muestra que entre el 20 y el 65% de los niños autistas experimentan ataques de epilepsia con convulsiones

11 Jan 2008 - Actualidad

Otra variante genética asociada al riesgo de autismo

Identificada por científicos estadounidenses, se encuentra en el gen CNTNAP2, el cual codifica una proteína que permite a las células cerebrales comunicarse entre sí

10 Jan 2008 - Actualidad

Anomalía cromosómica asociada al autismo

Un consorcio de investigación dedicado a este trastorno ha comprobado que un segmento del cromosoma 16 se encuentra desaparecido o duplicado en el 1% de los afectados

Copyright © 2024 Elsevier Este sitio web usa cookies. Para saber más acerca de nuestra política de cookies, visite esta página

Términos y condiciones   Politica de privacidad   Publicidad

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?