En España, de los casi 40.000 pacientes que sufren anualmente una fractura de cadera, unos 10.000 fallecen durante los 12 meses posteriores a ésta, según datos de un artículo publicado en Medicina Clínica.

La tasa de mortalidad después de sufrir una fractura de cadera duplica la de las personas de la misma edad que no han sufrido ese percance. Los avances médicos que se han ido produciendo en el tratamiento de esta dolencia no se han visto acompañados de una reducción significativa de las tasas de mortalidad, que han permanecido invariables durante las últimas décadas. Estas tasas se encuentran entre el 2 y el 7% de los pacientes durante la fase hospitalaria aguda, entre el 6 y el 12% durante el mes posterior, y entre el 17 y el 33% al cabo del primer año después de la fractura de cadera.

La mortalidad posfractura no sigue un patrón homogéneo, sino que varía en función de la edad y el sexo. En los hombres oscila entre el 32 y el 62% al año de la fractura, mientras que en las mujeres se sitúa entre el 17 y el 29%. Asimismo, es mayor entre los ancianos, pasando del 7% al año en los de menos de 75 años al 33% en los de más de 85 años.

Durante el postoperatorio temprano, el índice de fallecimientos aumenta en los pacientes previamente frágiles y con mayor comorbilidad, pero durante los meses y los años posteriores la mortalidad también afecta a personas previamente sanas.

Según señalan los autores del artículo, entre las estrategias que pueden reducir la mortalidad por la fractura de cadera, figuran el tratamiento multidisciplinar de todo el proceso asistencial y la instauración de un tratamiento de fondo para la osteoporosis.