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Cada año mueren en España entre 70 y 150 niños por ahogamiento en playas, piscinas, ríos y embalses, y en el 86% de los casos se produce en instalaciones privadas, según los datos de Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes (DIA). En estas circunstancias han muerto ya un total de 8 menores en lo que va de verano.

 

Según esta entidad, los accidentes por inmersión en agua constituyen una importante causa de mortalidad infantil y de secuelas permanentes -en el 60% de los menores que sobreviven a estas circunstancias-, cuyo mayor riesgo lo sufren los niños de entre 1 y 4 años.

 

Con la llegada del verano, la DIA advierte de la constante distracción de las familias sobre los riesgos que corren los niños en las zonas de baño, ya que la mitad de los menores víctimas de ahogamiento fueron vistos dentro de la casa la última vez, antes de producirse el accidente. Asimismo, un 23% de los fallecidos estaba previamente en el porche, patio o césped antes de ahogarse; y la mayoría (77%) fueron perdidos de vista en tan sólo 5 minutos o menos, antes de encontrarlos flotando o sumergidos en el agua.

 

Entre las causas del aumento de estos casos, la DIA señala la proliferación del número de piscinas en los últimos años en España, y calcula que existen más de 580.000, siendo el segundo país europeo que más instalaciones tiene de este tipo, después de Francia. De ellas, el 86% son privadas y el 14% restante son públicas. Andalucía, Baleares, Canarias y Cataluña son las autonomías con mayor número de piscinas.