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En España se producen cada año cerca de 45.000 fallecimientos relacionados con la hipertensión arterial (HTA), 5.000 de ellas en personas menores de 65 años. En la actualidad, el 40% de la población adulta española presenta HTA y los expertos estiman que en el año 2025, esta cifra podría aumentar un 24% en los países desarrollados y hasta un 80% en aquellos en vías de desarrollo.

 

Dada la trascendencia de esta enfermedad en la población general, tanto en términos sanitarios como económicos, 20 entidades científicas españolas acaban de concluir la elaboración de la "Declaración sobre estrategias de futuro en política sanitaria para prevenir y controlar la HTA". En palabras del Dr. Luis Miguel Ruilope, ex presidente de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), una de las sociedades participantes, "este documento persigue el objetivo de conseguir disminuir el número de fallecimientos relacionados con la HTA y que esta patología sea considerada como un problema de salud pública en las políticas sanitarias nacionales". 

 

Junto a esta sociedad científica, participan en la elaboración de esta declaración la Agencia Española del Medicamento; Instituto de Salud Carlos III; Universidad Autónoma de Madrid; Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC); Sociedad Española de Medicina General (SEMG); Sociedad Española de Diabetes; Sociedad Española de Cardiología; Sociedad Española de Obesidad; Sociedad Española de Medicina Interna; Sociedad Española de Geriatría; Sociedad Española de Nefrología; Asociación de Enfermería Hipertensión y Riesgo Cardiovascular; Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria; Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria; Foro Español de Pacientes; Consejo General Colegio Oficial de Farmacéuticos; Universidad Carlos III de Madrid y Sociedad Española de Calidad Asistencial.

Entre los principales puntos de este documento destaca la acción de incluir a la HTA como un problema de salud pública en las políticas sanitarias. "Por tanto, -indica el Dr. Ruilope-, en esta Declaración se trata de manera prioritaria la necesidad de que las autoridades sanitarias desarrollen una estrategia nacional de la HTA y el riesgo cardiovascular, en la que se establezcan prioridades y objetivos de salud, así como campañas de educación sanitaria dirigidas a informar y concienciar a la población general acerca de esta patología y su prevención". 

 

Al mismo tiempo, las sociedades científicas reunidas en este documento han recogido las bases para alcanzar el control de la HTA ejerciendo cambios en la gestión de procesos asistenciales. "Creemos que los servicios autonómicos de salud deben fomentar el manejo integral en la prevención y control de la HTA entre los equipos asistenciales con la formulación de consejos preventivos, una mejor detección de los pacientes, mayor perseverancia en el control, evitando, así, la inercia clínica y, contribuir a la cooperación efectiva entre pacientes, educadores para la salud, profesionales sanitarios y autoridades sanitarias. No debemos olvidar que el riesgo de sufrir un evento cardiovascular en los hipertensos no controlados (30%) en Atención Primaria en España es muy elevado, con elevada prevalencia de lesiones de órganos diana y enfermedad cardiorrenal", apunta el Dr. Ruilope.

 

Por último, esta Declaración sobre estrategias de futuro en el manejo de la HTA aporta las evidencias del coste/beneficio del control de la HTA en la población. "El documento sentará las bases para fomentar los estudios dirigidos a evaluar el coste económico desde el plano asistencial y farmacológico derivado del tratamiento antihipertensivo. En España, en los últimos años, el consumo de medicamentos dirigidos a controlar la HTA se ha incrementado de forma notable y, aunque ciertos estudios muestran una mayor racionalidad en su uso en la actualidad, respecto a años anteriores, todavía siguen existiendo contradicciones entre la utilización de las distintas clases de antihipertensivos y las evidencias científicas que los avalan, lo que repercute en el gasto económico global de esta patología", concluye el citado especialista.