PUBLICADO EN 'AUSTRALIAN BUREAU OF STATISTICS'
Científicos australianos cuestionan la relación causa-efecto entre el consumo de azúcar y la obesidad
JANO.es · 05 junio 2014
Dejar de consumir bebidas azucaradas es una de las primeras medidas que suelen adoptarse para perder peso.
La obesidad no se debe únicamente al consumo de alimentos ricos en energía con alto contenido en grasas saturadas y azúcares, sino también a la falta de actividad física. Así lo corrobora el informe Global Strategy On Diet, Physical Activity And Health ('Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud'), de la OMS.
Al hilo de la información recogida en dicho documento, los investigadores Alan Barclay y Jennie Brand Miler han llevado a cabo una investigación cuyas conclusiones se publican en la web Australian Bureau of Statistics ('Organización Australiana de Estadística'). El estudio, que lleva por título 'La paradoja australiana', analiza las tendencias de la obesidad y el consumo de azúcar en Australia durante los últimos 30 años, contrastando la propensión a la obesidad y los patrones de consumo de azúcar en Australia con los del Reino Unido y Estados Unidos.
Los resultados confirman la paradoja que da nombre a la investigación, ya que se observa una sustancial disminución en la ingesta de azúcares refinados en dicho periodo, en que ha habido un aumento general de la obesidad. Los autores subrayan que, en el caso de la población austrialian, el descenso en el consumo de azúcar respondía, sobre todo, a un menor consumo de bebidas azucaradas. No en vano, la ingesta de alimentos como el chocolate, pasteles, galletas, pizza o frituras envasadas había experimentado un incremento.
Esto pone de manifiesto que, pese a que la población australiana se había tomado en serio las recomendaciones de la Salud Pública para reducir la ingesta de azúcar, la obesidad aumentó, lo que, a juicio de los autores, demuestra que en el aumento de peso de la población influyen otros factores.