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OBESIDAD

Cirugía bariátrica, "única solución curativa" para la obesidad mórbida

JANO.es y agencias · 04 febrero 2008

La Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad subraya que estos casos "no son un problema estético que pueda resolverse con cirugía plástica o estética"

Los trastornos mentales son uno de los principales problemas sociosanitarios a los que deben enfrentarse los sistemas sanitarios. Los estudios desarrollados en los países occidentales durante las últimas dos décadas revelan que en torno a un 25% de la población general cumplía en el último año los criterios diagnósticos de un trastorno mental. Criterios que, de la misma manera y en caso de extenderse a toda la vida, llegaba a cumplir hasta un 40% de la población.

En nuestro país los datos epidemiológicos son incompletos y presentan una utilidad muy limitada para valorar la prevalencia y el impacto de estos trastornos. De ahí la importancia del estudio ESEMeD (European Study of the Epidemiology of Mental Disorders)- España, el primero que ha evaluado su epidemiología en una muestra de población general española adulta. Sus resultados muestran que estas patologías son frecuentes: aproximadamente una de cada cinco personas entrevistadas presentó un trastorno mental en algún momento de su vida, siendo los más frecuentes el episodio depresivo mayor, la fobia específica, la distimia y el abuso de alcohol. Las mujeres, las personas jóvenes, los que tienen menos educación y los desempleados son grupos poblacionales con mayor riesgo y que precisan una mayor atención sanitaria.

Estudio sin precedentes

Los primeros resultados de este estudio sin precedentes, realizado dentro del proyecto europeo ESEMeD y coordinado con la iniciativa de la World Mental Health Surveys de la OMS, se han publicado en Medicina Clínica (Med Clin [Barc]. 2006;126:445-51), cabecera de nuestro mismo grupo editorial, Doyma- Elsevier.

Llevado a cabo a partir de las encuestas domiciliarias realizadas a 5.473 adultos españoles entre los meses de septiembre de 2001 y 2002, el estudio muestra cómo prácticamente el 20% de los participantes ha presentado algún trastorno mental a lo largo de su vida —prevalencia- vida—, porcentaje que se reduce a un 8,5% cuando únicamente se contemplan los últimos 12 meses —prevalencia-año—. A este respecto, destacan los autores que “debe tenerse en cuenta que la relación entre prevalencia-vida y prevalencia- año actúa como indicador indirecto de la duración o cronicidad de un trastorno”.

Episodio depresivo

El trastorno mental más frecuente, con una prevalencia-año del 3,96% y una prevalencia-vida del 10,55%, es el episodio depresivo mayor, tras el que se sitúan, en orden decreciente de prevalencia-vida, la fobia específica —4,52%—, la distimia —3,65— y el trastorno por abuso de alcohol —3,55%—. En lo que respecta a la prevalencia-año, los trastornos de ansiedad son ligeramente más frecuentes que los depresivos —6,2% frente al 4,3%—, situación que se invierte cuando el dato evaluado es la prevalencia- vida —9,3% si los trastornos son de ansiedad frente al 11,4% si son depresivos—. Según apuntan los autores, la razón por la que se explica esta inversión “obedece a que los trastornos de ansiedad pueden tener una mayor cronicidad que los depresivos, que a su vez pueden tener un curso más episódico”.

Edades de inicio

El proyecto ESEMeD ha mostrado notables diferencias respecto a las edades de inicio de los diferentes trastornos mentales. Así, y mientras que los trastornos de fobia social, agorafobia y fobia específica aparecen en edades muy tempranas, los del estado de ánimo — fundamentalmente episodios de depresión mayor y distimia— suelen tener, al igual que el de angustia, una edad de aparición más tardía —la mediana de edad de inicio se sitúa a partir de 40 años. Si bien la prevalencia aparece desfavorablemente ligada a la edad —los mayores de 65 años presentan las peores cifras—, la fobia social y la agorafobia, enfermedades con incidencias ciertamente significativas, disminuyen de manera notable después de los 50 años.

Género y ocupación

Por lo que hace referencia a las diferencias de género, el ESEMeD señala que la prevalencia de la mayoría de los trastornos de ansiedad y depresivos es más del doble en las mujeres que en los varones. Son excepciones la fobia social, donde las diferencias no son tan acusadas, y los trastornos por abuso o dependencia del alcohol, en los que la prevalencia es muy superior en los varones —6,3% frente a 0,9%—. La prevalencia de los trastornos asociados con el alcohol no sólo aumenta con la edad –el 88% de ellos se presenta antes de cumplir 40 años—, sino también, y paradójicamente, con el nivel de educación.

El estudio también establece una relación entre los factores sociodemográficos y la presentación de un trastorno mental durante los últimos 12 meses. Así, el principal factor asociado con los trastornos de ansiedad es la ocupación: en comparación con las personas con empleo remunerado, la probabilidad de presentar uno de estos trastornos es mayor en, por este orden, las personas con discapacidad, baja por enfermedad o maternidad, o desempleadas.

Los resultados concluyen que el matrimonio, así como la residencia en municipios con poblaciones inferiores a 10.000 habitantes, ejercen un efecto protector frente a la aparición de este tipo de trastorno. Como indican los propios autores, “así como las personas separadas y viudas presentan una mayor frecuencia de trastornos mentales, el riesgo de trastornos depresivos es superior en las personas que habitan en las ciudades de más de 500.000 habitantes”.

Diferencias norte-sur

La prevalencia de trastornos mentales observada en el ESEMeD-Italia resultó significativamente inferior a la constatada en los estudios que, englobados en el mismo proyecto europeo, se realizaron en el norte del continente. El resultado, la hipótesis de que, por lo general, las prevalencias de este tipo de trastornos son inferiores en los países mediterráneos cuando se comparan con sus vecinos del norte.

Los resultados del estudio español han venido a confirmar esta tendencia. No en vano muestran una prevalencia-vida de depresión mayor del 6,2% en varones y del 14,4% en mujeres. Cifras, por tanto, muy inferiores a las observadas en trabajos que, como el NEMESIS (Países Bajos), el National Comorbidity Survey (NCS) o el NCS Replication estadounidenses, arrojan unos porcentajes superiores al 10% en varones y al 20% en mujeres.

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