OSTEOPOROSIS
JANO.es. Denver · 14 septiembre 2009
Reduce significativamente el índice de fracturas vertebrales y no vertebrales y requiere únicamente dos inyecciones subcutáneas anuales
De acuerdo con lo comunicado por los especialistas participantes en la 31ª Reunión Anual de la Sociedad Americana para la Investigación Ósea y Mineral que se está celebrando en la ciudad de Denver (Estados Unidos), la administración de fármacos antirresortivos debe constituir la primera línea de tratamiento en la mayoría de los pacientes con osteoporosis. Entre los mismos, cabe destacar el papel llamado a jugar por denosumab, anticuerpo monoclonal que inhibe selectivamente el ligando del RANK (activador del receptor del factor-κB nuclear) y que, desarrollado por Amgen y en fase de aprobación por la Food & Drug Administration (FDA) estadounidense, se asocia, en comparación con placebo y como evidencian los resultados del estudio FREEDOM (The New England Journal of Medicine. 2009;361:756-765), con una reducción significativa de la incidencia de fracturas en mujeres postmenopáusicas diagnosticadas de osteoporosis.
El arsenal farmacológico actual cuenta con numerosos antirresortivos indicados en el abordaje de la osteoporosis. Sin embargo, como recordó el Dr. Christopher Gallagher, profesor del Departamento de Endocrinología de la Facultad de Medicina de la Universidad Creighton en Omaha (Estados Unidos), “muchos de los mismos no sólo no han sido aprobados para la prevención o el tratamiento de las fracturas osteoporóticas, sino que presentan una eficacia limitada. Es el caso de los estrógenos, indicados únicamente en la prevención y con una eficacia del 35%; de los moduladores selectivos de receptores de estrógenos (SERM); y de la calcitonina de salmón, asociada tan sólo con una reducción del 35% de la tasa de fracturas vertebrales”.
Por otra parte, y por lo que respecta a los bifosfonatos, si bien han demostrado una elevada eficacia –y a muy corto plazo– en la disminución del riesgo de fracturas osteoporóticas, se asocian, en palabras del Prof. Gallagher, “con una cumplimentación terapéutica ciertamente pobre. Las pacientes prefieren regímenes mensuales (63%) o, incluso, semanales (30%). El resultado es que la adherencia al tratamiento diario con bifosfonatos es de únicamente un 15,7% tras 12 meses de terapia. Además, no existen datos referidos a la prevención de fracturas con dosis semanales o mensuales de bifosfonatos, y la eficacia sólo se ha establecido a partir de los incrementos observados en la densidad mineral ósea (DMO)”.
Denosumab, dos veces al año
En este contexto, como indicó el Prof. Steven R. Cummings, director del Instituto de Investigación del California Pacific Medical Center en San Francisco (Estados Unidos), “la administración subcutánea de denosumab dos veces al año a lo largo de 36 meses se asoció con una reducción del riesgo de fracturas vertebrales, no vertebrales y de cadera”.
Más concretamente, los resultados del FREEDOM, ensayo clínico en fase III llevado a cabo con 7.868 mujeres con edades comprendidas entre los 60 y los 90 años, evidencia que el tratamiento con denosumab se asocia con una disminución del 68% del riesgo relativo de sufrir una fractura vertebral, del 40% del riesgo de padecer una fractura de cadera, y del 20% de sufrir una fractura no vertebral.
Por todo ello, y atendiendo asimismo no sólo a su buen perfil de seguridad, sino también a su mecanismo de acción único –disminuye la resorción ósea e incrementa la DMO al inhibir el desarrollo y la actividad de los osteoclastos mediante el bloqueo del ligando RANK– puede concluirse, como apunta el Dr. Cummings, “que denosumab puede resultar muy útil en el tratamiento de la osteoporosis”.