SIDA

El 54% de los nuevos casos de VIH en España se deben a personas que desconocen que están infectadas

Carla Nieto. Madrid · 07 junio 2012

Se estima que hay entre 30.000 y 40.000 seropositivos sin diagnosticar y sin recibir tratamiento, en lo que supone, según los expertos, una de las mayores fuentes de contagio del virus.

La falta de diagnóstico, tal vez el principal problema al que se enfrentan en la actualidad todos los implicados en el abordaje del VIH, es uno de los temas que se están tratando en el XV Congreso Nacional sobre el Sida, que se celebra en Madrid los días 6, 7 y 8 de junio, organizado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (SEISIDA).

“Se estima que hay entre 30.000 y 40.000 personas con el virus sin diagnosticar y sin recibir tratamiento, lo cual es muy preocupante ya no sólo por el riesgo que ello entraña para la vida de estas personas sino por las consecuencias que puede tener, pues suponen una de las mayores fuentes de infección del virus en España. De hecho, el 54% de los casos proceden de personas que no sabían que estaban infectadas”, explicó el doctor Juan Carlos López Bernaldo de Quirós, presidente del Congreso. “En cuanto al 46% restante, sí sabían que estaban infectados, pero no estaban tratados adecuadamente”.

En este sentido, el doctor Julio Montaner, director del Centro de la British Columbia para la Excelencia en VIH/Sida Canadá, hizo hincapié en el hecho de que en España, el 30% de los pacientes no saben que están infectados. “Teniendo en cuenta este elevado porcentaje se puede definir como una ‘epidemia dormida’, lo que a su vez supone una bomba a punto de estallar, de ahí que haya que normalizar la realización del test cuanto antes. Estas cifras reflejan que es obvio que nos estamos quedando cortos en los que aplicación del test de diagnóstico se refiere, por lo que hay que cambiar la estrategia”.

Según el doctor López Bernaldo de Quirós, el coste de la prueba del VIH es de tan solo 3 euros. “Estos test no sólo son baratos sino que resultan coste-económicos, teniendo en cuenta la cantidad de complicaciones que se previenen con él. Por ejemplo, el coste del tratamiento básico de un afectado es de entre 8.000 y 8.500 euros anuales. Habría por tanto que hacer el test del VIH al mayor número de personas posible”.

Respecto al perfil de persona infectada que desconoce que ha contraído el VIH, el presidente del Congreso señaló que es difícil definirlo. “El retrato estándar es el de varones de entre 30 y 50 años y también algunos colectivos de inmigrantes, como los subsaharianos, de transmisión heterosexual; pero la realidad es que hay personas en muchos más colectivos, debido sobre todo a que no reconocen que han tenido alguna práctica de riesgo en un momento determinado”.

Por su parte, Jorge Gutiérrez, presidente de la asociación Madrid Positivo, señaló que “además de haber un número importante de personas que no sabe que está infectada, también hay muchos que desconocen que las terapias para el VIH conllevan muchas exigencias y son de por vida. Es muy importante transmitir a la población la importancia de conocer si se está infectado o no, algo que solo se consigue haciéndose el test. Esta es la razón por la que, coincidiendo con el Congreso, vamos a acercar la prueba a la ciudadanía de Madrid a través de unidades móviles que facilitarán el test, tanto en saliva como en sangre, de manera anónima y confidencial, a todas aquellas personas que voluntariamente lo soliciten”.

Gutiérrez manifestó también su preocupación por el posible efecto que los recortes en materia sanitaria puedan tener en el abordaje de esta enfermedad. “Restringir el acceso a los tratamientos por motivos administrativos sería un error, ya que hay evidencia científica absoluta de la eficacia de estas terapias”. El doctor López Bernaldo de Quirós comentó al respecto que “hasta ahora no ha habido recortes en este sentido, pero sí nos preocupa que a partir de septiembre los inmigrantes ilegales se vean privados de la posibilidad de continuar con el tratamiento”.

El doctor Montaner reiteró la importancia del tratamiento universal como la mejor forma de prevenir nuevas infecciones. “La expansión del tratamiento puede ayudar no solo a que las personas con VIH se mantengan sanas sino también a prevenir nuevas infecciones. Las evidencias son claras: el tratamiento evita la morbilidad, la mortalidad y la transmisión del VIH. A día de hoy, tenemos lo necesario para frenar la epidemia, lo que parece que falta es la voluntad de aplicar estas estrategias”.