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El 60% de los fondos que el Sistema Nacional de Salud ha dedicado a tratamientos rehabilitadores en las dolencias del cuello, la espalda y el hombro se destinaron a procedimientos carentes de fundamento científico o inútiles. Ésta es la principal conclusión que se desprende de un estudio español publicado en la revista científica BioMed Central Musculoskeletal Disorders y cuyos resultados se han presentado en la sede de la Organización Médica Colegial (OMC).

El estudio se realizó a partir de los datos del Servicio Canario de Salud, el primero que implantó un sistema informatizado de gestión que hacía posible computar los tratamientos rehabilitadores que recibía cada paciente, y se trata de la primera investigación que cuantifica la utilización de los recursos en la sanidad pública española.

“Estudios previos ya apuntaban a que el 30% de las tecnologías se aplican de forma inadecuada, pero éste es el primero que cuantifica en términos de dinero el derroche en el campo de la rehabilitación”, explicó el doctor Francisco Kovacs, coautor del estudio y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE).

Entre 2004 y 2007, el Servicio Canario de Salud gastó más de 5 millones de euros en costear en centros privados concertados el tratamiento rehabilitador de 8.308 pacientes con dolor de cuello, 5.693 con dolor lumbar y 5.035 con dolor de hombro, los cuales recibieron 30-35 sesiones de rehabilitación en las que se aplicaron una media de cuatro técnicas rehabilitadoras.

“El estudio demostró que hasta el 60% de estos tratamientos carecían de fundamento científico o eran inútiles. Entre las técnicas que se aplicaban en el tratamiento del dolor de cuello, espalda y hombro que no habían sido evaluadas o eran ineficaces se encontraban la magnetoterapia, la iontoforesis, la onda corta o la termoterapia”, señaló el doctor Kovacs, quien comentó que estos resultados podrían ser extrapolables a todo el Sistema Nacional de Salud.

“El campo de la rehabilitación es el primero que se ha estudiado en este sentido, pero sería interesante realizar análisis similares en otras áreas médicas”, sugirió este experto. “Al hilo de los resultados de esta investigación surgen dos recomendaciones urgentes: la necesidad de recortar el gasto inútil y la importancia de reinvertir los recursos procedentes de este ahorro a extender el acceso a los tratamientos que sí han demostrado ser eficaces e implantarlos en aquellas Comunidades Autónomas en las que aún no se utilizan”.

Para el doctor Kovacs, la falta de una evaluación adecuada de estas tecnologías ha facilitado que se pusieran en marcha terapias que no sólo resultan ineficaces sino que incluso pueden ser perjudiciales, “algo que es irracional e inaceptable, consecuencia de un sistema en el que las pautas para evaluar la incorporación de una tecnología al Sistema Nacional de Salud son ridículas”.

Por su parte, el doctor Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la OMC, afirmó que “este estudio supone un ‘aviso’ sobre la necesidad de demostrar cuáles son las tecnologías que funcionan bien y no causan perjuicio. Lo importante ahora es detectar las ineficiencias de las tecnologías que se están aplicando actualmente y evaluar en este sentido todas aquellas que se vayan incorporando al sistema. Teniendo en cuenta los tiempos que corren, hay una necesidad urgente de ponerse a trabajar en esta línea, implantando, por ejemplo, registros para todo tipo de tecnología. Puede que a partir de ahora se abra una nueva etapa en la que prevalezca el principio de precaución”.

El estudio ha sido llevado a cabo por la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, el Instituto de Salud Carlos III, la Fundación Canaria de Investigación y Salud (FUNCIS) y la Fundación Kovacs.