Medicina y humanidadesPEDIATRÍA
El 70% de los lactantes padece alguna infección por virus respiratorios en el primer año
JANO.es · 09 mayo 2012
La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria advierte de la importancia de distinguir la tos asociada a procesos infecciosos de repetición de la tos crónica o persistente.
El 70 por ciento de los lactantes padece algún tipo de infección por virus respiratorios durante su primer año de vida, siendo las infecciones de las vías respiratorias y la tos los motivos de visita más frecuentes a la consulta del pediatra de atención primaria, según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
Con todo, la sociedad advierte de que es necesario distinguir la tos asociada a procesos infecciosos de repetición de la tos crónica o persistente. Ante este tipo de consultas, recalca la SEPEAP, el médico de AP pediátrica debe preguntar acerca de las características de la tos y la presencia de otros signos de enfermedad respiratoria.
Para el tratamiento de la tos, los expertos recomiendan una hidratación oral abundante con líquidos tibios y mantener la vía nasal desobstruida mediante lavados nasales con suero fisiológico.
Otra de las medidas que los pediatras aconsejan, una vez cumplido el tratamiento, es posponer la vuelta a la guardería del niño para evitar nuevas infecciones, ya que "parece demostrada una mayor susceptibilidad si la reincorporación es inmediata".
La mayoría de las veces, los virus respiratorios son los responsables de los casos de bronquitis aguda, cuyo síntoma predominante es la tos, que dura unas dos semanas. En el caso de la bronquitis, se recomienda mantener una hidratación adecuada para eliminar las secreciones, ayudar a la permeabilidad nasal con suero fisiológico y aspirar secreciones. Se desaconseja el uso de antibióticos de manera rutinaria.
En caso de bronquiolitis, que el 75% de las veces se debe a una infección viral, cuya etiología más frecuente es el virus respiratorio sincitial (VRS), algunos de los factores de riesgo para su desarrollo son el ingreso hospitalario, el contagio por hermanos mayores, y la exposición al humo del tabaco.
