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MEDICINA INTERNA

El colesterol puede ser la clave de las nuevas terapias contra el Alzheimer y la diabetes tipo 2

Universidad de Arizona · 01 abril 2021

Gregory Thatcher,  investigador de Ciencias de la Salud de la Universidad de Arizona (Estados Unidos), ha examinado el papel del colesterol en la enfermedad de Alzheimer y en la diabetes tipo 2, e identificado una pequeña molécula que podría ayudar a regular los niveles de colesterol en el cerebro, convirtiéndose en una posible diana terapéutica para el Alzheimer.

"El Alzheimer y la diabetes tienen muchas causas comunes -afirma-. Nuestro objetivo era desarrollar una forma de identificar compuestos que contrarrestaran muchos cambios perjudiciales que contribuyen tanto al Alzheimer como a la diabetes de tipo 2".

Cuando el colesterol aumenta, debido a la resistencia a la insulina o a otros factores, el organismo inicia un proceso conocido como transporte inverso de colesterol, durante el que moléculas específicas transportan el exceso de colesterol al hígado para ser excretado. La apolipoproteína E (APOE) es una de las que participan en el transporte inverso del colesterol.

El APOE es también el gen con mayor factor de riesgo para la enfermedad de Alzheimer y la demencia relacionada, así como un factor de riesgo independiente de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Asimismo, la reducción de la actividad de otro transportador de colesterol, conocido como ABCA1 (ATP-binding cassette transporter A1), se correlaciona con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2 y enfermedad de Alzheimer.

"Aunque la mayoría de la gente conoce el llamado colesterol 'bueno' y el colesterol 'malo', asociados al riesgo de infarto e ictus, estos amplios conceptos también son aplicables a un cerebro sano -apunta Thatcher-. Trasladar el colesterol adonde se necesita en el cuerpo tiene efectos positivos en muchos procesos fisiológicos y puede ayudar a eliminar las proteínas mal plegadas que se acumulan en el cerebro".

Se espera que el aumento de la actividad de ABCA1 influya positivamente en la señalización de la insulina y reduzca la inflamación en el cerebro, lo que convierte esta proteína en una terapia potencial tanto para la diabetes tipo 2 como para la enfermedad de Alzheimer. En este estudio, Thatcher y su equipo diseñaron una forma de identificar pequeñas moléculas que mejoraran la función de ABCA1 en el organismo, evitando al mismo tiempo efectos no deseados en el hígado.

En un artículo publicado en EBioMedicine explican que una pequeña molécula específica, llamada CL2-57, destaca por su capacidad de estimular la actividad de ABCA1 con efectos positivos en el hígado y los triglicéridos plasmáticos. El uso de esta sustancia mejoró la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad a la insulina, y redujo el aumento de peso, entre otros efectos beneficiosos.

Sus futuras investigaciones tratarán de mejorar las propiedades de las moléculas para aumentar los niveles en el cerebro. Su objetivo a largo plazo es saber qué pacientes con síntomas cognitivos y neuropsiquiátricos del Alzheimer y la demencia se beneficiarán del tratamiento.

"Durante la pandemia de COVID-19 oímos hablar de las crecientes muertes en residencias de ancianos y es importante recordar que el Alzheimer y la demencia relacionada son una de las principales causas del traslado de los ancianos a las residencias -concluye Thatcher-. Sería bueno pensar en un futuro en el que la duración de la salud se prolongara, especialmente un cerebro sano. Quizá eso sea más importante que la duración de la vida".

Referencia: EBioMedicine. 2021 Mar 19;66:103287. doi: 10.1016/j.ebiom.2021.103287

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