ENFERMEDADES INFECCIOSAS
El Fondo Mundial registra por primera vez un retroceso en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria
The Global Fund · 09 septiembre 2021
Según un nuevo informe de este organismo, el número de pacientes seropositivos con tuberculosis que recibía tratamiento para ambas infecciones disminuyó un 16 por ciento en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
El Fondo Mundial, movimiento global cuya finalidad es derrotar al VIH, la tuberculosis y la malaria, ha registrado por primera vez en su historia un retroceso en la lucha contra estas enfermedades, según un nuevo informe publicado ayer miércoles, que señala como principal responsable a la pandemia de COVID-19.
"La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto devastador", señala el informe de resultados, donde se muestra que, aunque se han realizado algunos avances, los resultados programáticos clave han empeorado por primera vez en la historia del Fondo Mundial.
"Para celebrar nuestro 20º aniversario teníamos pensado dedicar el informe de resultados de este año a las extraordinarias historias de valor y resistencia que han hecho posible avanzar en la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria durante las últimas dos décadas -ha destacado Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial-. Sin embargo, las cifras de 2020 nos obligan a adoptar un enfoque diferente. Confirman lo que temíamos que pudiera ocurrir cuando nos golpeó la COVID-19".
En 2020, el número de personas que recibió tratamiento para la tuberculosis farmacorresistente en los países donde invierte el Fondo Mundial cayó un 19 por ciento, mientras que el número de personas que recibió tratamiento para la tuberculosis ultrarresistente se redujo incluso más, un 37 por ciento. Mientras, el número de pacientes seropositivos con tuberculosis que recibía tratamiento para ambas infecciones disminuyó un 16 por ciento.
El documento también muestra una reducción importante en las pruebas y los servicios de prevención del VIH dirigidos a poblaciones clave y vulnerables, que ya estaban desproporcionadamente afectadas. En comparación con 2019, el número de personas que recibieron programas y servicios de prevención del VIH se redujo un 11 por ciento, mientras que el número de jóvenes que accedieron a servicios de prevención descendió un 12 por ciento.
El número de madres que recibieron medicamentos para evitar transmitir el VIH a sus bebés cayó un 4,5 por ciento. Las pruebas del VIH se redujeron un 22 por ciento, con el consiguiente retraso del inicio del tratamiento en la mayoría de los países.
En cuanto a la malaria, parece que la COVID-19 ha tenido menos impacto en las intervenciones para hacer frente a esta enfermedad que en las otras dos. Gracias a las medidas de adaptación y a la diligencia e innovación de los trabajadores de salud comunitarios, las actividades de prevención se mantuvieron o aumentaron respecto a 2019.
Así, se distribuyó un 17 por ciento más de mosquiteras, mientras que las estructuras cubiertas con fumigación de interiores con insecticidas de acción residual aumentaron un 3 por ciento. En 2020, 11,5 millones de mujeres embarazadas recibieron terapia preventiva. Sin embargo, las pruebas de casos sospechosos de malaria cayeron un 4,3 por ciento y los avances contra la enfermedad se estancaron.