NEUROFISIOLOGÍA
El Hospital de Bellvitge implanta neuromoduladores a medida para tratar el dolor crónico neuropático
JANO.es · 20 agosto 2013
El sistema consiste en un marcapasos que envía impulsos eléctricos controlados a unos electrodos que se colocan en los nervios periféricos.
El dolor crónico persiste más allá de la curación de una lesión aguda, que normalmente es de tres a seis meses, o se da en enfermedades crónicas. Una de las técnicas más innovadoras para el tratamiento del dolor neuropático complejo, el más difícil de tratar, que afecta al sistema nervioso central o periférico, es el neuromodulador a medida. Un sistema no invasivo y reversible que modula la información neuronal creada por el dolor, siempre que este no se pueda curar con fármacos.
"El dispositivo consiste en un marcapasos que se implanta de forma percutánea y envía impulsos eléctricos controlados a unos electrodos que se colocan en el espacio epidural o los nervios periféricos. Así se modula la señal del dolor y se impide que llegue al cerebro con la misma intensidad", explica Víctor Mayoral, jefe de sección de la Unidad de Dolor Crónico del Hospital Universitario de Bellvitge.
El manejo multidisciplinario es el tratamiento que garantiza más probabilidades de éxito. "Para conseguir el tratamiento óptimo en una enfermedad de esta complejidad se necesita la máxima conexión entre todos los especialistas que intervienen. Por ello, hemos ido un paso más adelante y ya no solo estamos interconectados, sino que pasamos visita en conjunto con cada paciente", señala Mayoral.
Tratamiento multidisciplinar
El Hospital Universitario de Bellvitge ha sido uno de los centros pioneros en implantar este tipo de consultas, donde el paciente, en una sola vez, es visitado por todos los especialistas implicados en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. La eficacia de esta fórmula ha sido constatada en pacientes con fractura vertebral osteoporótica.
Ahora, este avance en la gestión multidisciplinar se está adaptando a personas con dolor neuropático complejo, que requiere estudios neurofisiológicos muy precisos para saber el grado de severidad y cuáles son los nervios afectados. Un neurólogo, un neurofisiólogo, un anestesista y una enfermera intervienen en el seguimiento de la enfermedad, según una fórmula, que, en palabras de Mayoral, “no sólo es efectiva en el cuidado del paciente, sino motivadora y enriquecedora para los especialistas que trabajamos en equipo en la investigación de cada caso".