El hiperparatiroidismo secundario (HPTS) supone una de las principales causas de las enfermedad cardiovascular, y se trata de la patología asociada a la enfermedad renal crónica (ERC) que presenta un mayor desafío para el nefrólogo, debido a que aún existe desconocimiento acerca de su fisiopatología, prevención y tratamiento, según destacaron hoy varios expertos en el curso de formación para periodistas "Enfermedad renal crónica y sus complicaciones", patrocinado por Abbot.

 

El Sr. Ángel Luis Martín de Francisco, nefrólogo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander, y la Dra. María del Carmen Sánchez González, médica adjunta del Servicio de Nefrología del Hospital Universitario La Princesa de Madrid, explicaron que el HPTS se define como el conjunto de complicaciones óseas y viscerales secundarias a las alteraciones del metabolismo fosfo-cálcico inducidas por la ERC, que afectan a más de la mitad de los pacientes renales cuando sus tasas de filtración glomerular descienden por debajo de 60 mililitros por minuto.

 

La mala asimilación de la vitamina D, unida a una disminución del calcio en sangre, provoca esta complicación. Por ello, el Dr. De Francisco señaló que "un paciente con ERC debe tomar dosis fisiológicas de esta vitamina o derivados que, de alguna forma, restituyan lo que debido a la enfermedad no se está produciendo. En este sentido, añadió que "existen nuevos productos, como el paricalcitol que, al tener las misiones biológicas de la vitamina D, evitan complicaciones secundarias".

 

Además, destacó que los estudios que comparan este fármaco con calcitriol han revelado que los pacientes tratados con paricalcitol "experimentan un descenso más rápido de los niveles de hormona paratoidea, con pocos episodios de hipercalcemia e hiperfosfatemia".

 

En cuanto a la prevalencia de la ERC, el Dr. De Francisco señaló que, según los datos obtenidos del estudio EPIRCE, realizado por expertos de la Sociedad Española de Nefrología, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Consumo, el 9,1% de la población española mayor de 18 años presenta enfermedad renal y, de ese porcentaje, el 6,8% tiene una función renal por debajo de 60 milímetros por minuto, es decir, que ha perdido más de la mitad de su función renal.

 

A su vez, el 23,6% de los mayores de 65 años se encuentra entre los grados 3, 4 y 5 de la enfermedad, por lo que ya ha perdido la mitad de la función renal. Por este motivo el citado especialista alertó acerca de la toxicidad de los medicamentos, y señaló que es importante evitarlo cuando sea posible.

 

Por otro lado, señaló que los resultados del estudio también muestran que el 21,3% de los pacientes de atención primaria ya tienen insuficiencia renal, el 33,7% mayores 70 años tiene una función renal en los grados 3, 4 o 5, y, además, muchos de ellos tienen unos niveles de creatinina normal, por lo que no se habría detectado en los análisis convencionales. Asimismo, el Dr. De Francisco añadió que de los 14.000 pacientes hospitalizados que se evaluaron para este estudio, el 28,3% de ellos tenía una función renal por debajo de 60 mililitros por minuto.

 

En cuanto a las técnicas de sustitución para tratar la ERC, la Dra. Sánchez destacó que "tanto la hemodálisis como la diálisis peritoneal han de ser entendidas como técnicas complementarias y nunca competitivas", ya que "no existe una técnica mejor que otra, sino pacientes distintos".

 

La hemodiálisis se realiza habitualmente en un centro hospitalario, aunque en la actualidad ya existen programas domiciliarios, en los que el propio paciente realiza el tratamiento en su hogar.

 

En el caso de la diálisis peritoneal, la Dra. Sánchez explicó que "se precisa de un entrenamiento previo, para lo que el paciente tiene que ser autónomo y estar altamente motivado, así como ser responsable de su autocuidado".