NEFROLOGÍA
JANO.es · 02 junio 2008
Especialistas de la Sociedad Española de Nefrología recuerdan que en España el 35% de los mayores de 18 años es hipertenso, así como el 60% en los mayores de 60
La hipertensión arterial (HTA) es un factor de riesgo muy importante para la enfermedad cardiovascular, primera causa de mortalidad en los países desarrollados. Especialistas de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) también recuerdan que se trata de una enfermedad muy frecuente, con una prevalencia en adultos mayores de 18 años en España de aproximadamente un 35%, y de más del 60% en mayores de 60 años.
"No obstante, la progresiva consideración médica del riesgo cardiovascular (RCV) como un continuum supone considerar no tanto la cifra de presión arterial sino los factores de riesgo y trastornos clínicos acompañantes a la hora de valorar el tratamiento", explica la Dra. María Concepción Laviades Álvarez, médico adjunto del Servicio de Nefrología del Hospital San Jorge (Huesca)
En el campo de la nefrología, la relación entre la hipertensión y el riñón es bidireccional, señala esta especialista. Por un lado, la HTA es la segunda causa más importante de insuficiencia renal después de la diabetes, y por otra, las enfermedades del parénquima renal y la enfermedad vasculorrenal son la causa más frecuente de hipertensión secundaria
Situación actual de la HTA en España
Actualmente, el manejo de la HTA en nuestro país no es satisfactorio, por lo que la SEN recomienda "hacerse esfuerzos en dos frentes: mejorar la detección y optimizar el control", para mejorar este panorama.
Con respecto al control óptimo de la HTA, "lo ideal sería luchar contra la inercia terapéutica de los médicos, que deciden pocos cambios farmacológicos en los hipertensos no controlados; de hecho una de las razones del bajo control es el menor énfasis que hacen los médicos", comenta la Dra. Laviades.
Además, es importante mejorar la adhesión al tratamiento por parte del paciente con medidas como: informar sobre el riesgo de la hipertensión y el beneficio de su control; crear instrucciones escritas claras acerca del tratamiento y simplificarlo si es posible; prestar atención a los efectos secundarios; utilizar la autogestión con determinación domiciliaria de las cifras, etc.
Prevención primaria
La mejor aproximación a la prevención primaria de la HTA es una combinación de cambios en el estilo de vida de las personas. Este hecho ha demostrado reducir la incidencia de la HTA y, por tanto, "deberían ser recomendados para todos las personas y especialmente para aquellos con presión arterial normal-alta o con antecedentes familiares", señala la Dra. Laviades.
Según especialistas, entre estas medidas estaría luchar contra el sobrepeso, mejorar los hábitos alimentarios, consumir una dieta baja en sal, potenciar la actividad física y evitar el consumo de tabaco.
Según la citada nefróloga, "al final, la reducción de la HTA tiene un efecto protector con independencia de cómo se consiga, ya que se ha demostrado que disminuye la morbimortalidad global".