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HEMATOLOGÍA

Información a embarazadas sobre los bancos de sangre de cordón umbilical

JANO.es · 07 febrero 2008

Según las nuevas directrices estadounidenses, los médicos deberían informar más a las gestantes acerca de las ventajase inconvenientes que tiene conservar muestras en bancos públicos y privados

La forma actual de parir en los hospitales y clínicas, tanto en los de la red pública como en los de la privada, sirve al autor para reflexionar en torno al tema y concluir que hay que dejarse guiar por el profesional y no por las modas.

Recientemente, un grupo de personas, la mayoría mujeres en edad reproductiva, casi todas con niños, discutía de manera pacífica la forma actual de parir en los hospitales y clínicas. Alguna de ellas tenía experiencia en dos países diferentes, otras en dos tipos de hospitales distintos, uno de la red pública y otro de la privada. Se oían diferentes opiniones sobre lo que es o no importante en un embarazo a término y su finalización en el parto. Por un lado, estaban aquellas para las que lo más importante era el ginecólogo y el equipo de matronas, la atención médica recibida, en definitiva. Por otro, las que señalaban como clave las instalaciones del centro médico, que tuviera buenas habitaciones, sección de neonatos o intensivos… y un largo etcétera. Muy pocas daban importancia a las formas de parir, aunque a todas les gustaría estar más informadas y poder elegir si hubiese opciones.

Se comentó también el gran número de cesáreas que los medios reflejan y su conveniencia o no. En lo que estaban casi por unanimidad de acuerdo era en parir sin dolor, o por lo menos con el menor posible, cosa que me congratuló ya que dieron la máxima puntuación a la analgesia epidural a la que me dedico por ser anestesiólogo y destinar parte de mi actividad al ámbito de la anestesia obstétrica.

Hoy se habla o se discute sobre la conveniencia de parir en casa, en una bañera o en una piscina, en diferentes posturas, con o sin ginecólogo, con o sin enema, rasuración, episiotomía o epidural. Da la impresión de que realmente no se sabe por qué se hacen las cosas y se pierde de vista un dato fundamental, objetivo final para todos los que trabajamos en este campo apasionante de la medicina: un niño sano al lado de una madre sana.

En España se producen cerca de medio millón de nacimientos al año (481.102 en el 2006) y como es lógico existen, como han existido siempre, complicaciones que surgen en el momento del parto y no antes, y es en ese momento cuando un parto deja de ser natural para que la ciencia médica logre hacerlo llegar a buen puerto. Algunas ya se prevén con un buen seguimiento en la consulta del obstetra durante el embarazo, pero otras no.

En otros tiempos se paría en casa, y muchos niños morían o sufrían secuelas de diversa gravedad. Algunas madres morían también como resultado de problemas hoy perfectamente solucionables. Eran otros tiempos… hoy hemos alcanzado unas tasas de morbimortalidad materna e infantil de las más bajas del mundo y esto no es por casualidad.

Siendo importante, en el momento del parto la clave no debe ser para la mujer si la rasuran o la eneman. Si pare en cuclillas o echada. La clave es minimizar los posibles contratiempos y pensar en los derechos del niño. Garantizar en lo posible que nazca sano y salvo. El parto no es solamente de la mujer. Hablamos del nacimiento de un niño y no tenemos ningún derecho a jugar con su salud. En consecuencia, no deben anteponerse modas o ritos.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en su página web, y al referirse a las recomendaciones sobre la asistencia al parto, considera que el nacimiento de un niño sano no es, aunque lo parezca, un hecho causal. Es el resultado de un sinfín de cuidados y atenciones prodigados con generosidad y profesionalidad. Por ello, estima que en los protocolos para la asistencia durante la dilatación y el expulsivo tienen que primar tanto la seguridad y la salud de la madre como la del recién nacido.

A todos nos gustaría humanizar más el parto y de hecho se trabaja en este sentido. Pero todo tiene su límite. En nuestra sociedad hemos alcanzado muy buenos estándares de salud y bienestar, pero no puede ignorarse que las complicaciones en el parto siguen existiendo, y en ocasiones algunas son muy graves. Así lo comprobamos los anestesiólogos que tenemos la posibilidad de observar a diferentes obstetras y matronas, e incluso trabajamos en diferentes maternidades con medios y formas de actuar distintas. En la mayoría de los casos, las complicaciones, grandes o pequeñas, se resuelven sin que los padres se den cuenta, ya porque el sistema y la ciencia las hayan previsto o, en otros casos, gracias a la intervención con medios y experiencia y la aplicación de todos los recursos a nuestro alcance.

Es preciso aclarar, no asustar. Los profesionales estamos para colaborar y alcanzar el objetivo, ya apuntado, de lograr un niño sano en brazos de una madre sana. Dejémonos pues guiar por el profesional, no por las modas.

“En otros tiempos se paría en casa, y muchos niños morían o sufrían secuelas de diversa gravedad. Algunas madres morían también como resultado de problemas hoy perfectamente solucionables… hemos alcanzado unas tasas de morbimortalidad materna e infantil de las más bajas del mundo y esto no es por casualidad.”

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