GINECOLOGÍA
Investigadores de la UPC crean un dispositivo para rehabilitar el suelo pélvico desde casa
JANO.es · 23 enero 2013
El aparato registra la actividad muscular de la paciente mediante un electrodo introducido en la vagina.
Un equipo formado por investigadores del Centro de Investigación en Ingeniería Biomédica (CREB) de la Universitat Politècnica de Catalunya • BarcelonaTech (UPC) y las responsables de la Unidad del Suelo Pelviano del Hospital Clínic de Barcelona ha desarrollado un dispositivo que permite realizar la rehabilitación del suelo pelviano en domicilio con unas prestaciones equivalentes a las de la consulta clínica.
Los ejercicios para rehabilitar el suelo pelviano se recomiendan como tratamiento inicial de la incontinencia urinaria, que afecta a más de 81 millones de personas en todo el mundo, mayoritariamente mujeres. Se calcula que en España la sufren el 15% de las mujeres de la población general y un 25% a partir de los 65 años. La realización voluntaria de contracciones de la musculatura del suelo pelviano requiere un entrenamiento para garantizar que se activen los músculos adecuados y la mujer haga la contracción de forma correcta, sin forzar los músculos del abdomen, lo cual puede llegar a tener un efecto contraproducente.
Por este motivo, las terapias clínicas del suelo pelviano para mujeres incorporan dispositivos de biofeedback, que registran la actividad muscular mediante un electrodo introducido en la vagina. La paciente visualiza el resultado del ejercicio que está haciendo en la pantalla del dispositivo, lo que le permite conocer la intensidad y duración de la respuesta biológica a la presión que efectúa. Para descartar que la presión registrada se origine en el abdomen, estos dispositivos pueden incorporar unos electrodos que se sitúan en el vientre y recogen la actividad abdominal. Aun así, hasta ahora esta prestación sólo se incorporaba en algunos equipos de las unidades clínicas.
La novedad del dispositivo, desarrollado conjuntamente por la UPC y el Hospital Clínic, radica en que evalúa el entrenamiento mediante la monitorización de la actividad de la musculatura abdominal y del suelo pelviano mientras la paciente hace los ejercicios. Además, facilita a los terapeutas la posibilidad de personalizar las tareas (número, duración y secuencia de las contracciones prescritas). El nuevo dispositivo registra toda la actividad que la paciente realiza en su domicilio, y está preparado para que el terapeuta pueda obtener la información telemáticamente.
Otra mejora de este nuevo dispositivo portátil es que el programa analiza los datos y ofrece a la paciente una primera evaluación de los resultados. El especialista, por su parte, recibe un informe detallado de la evolución de los resultados de los ejercicios. Además, el software ajusta la exigencia de los ejercicios al perfil de la paciente.
Un equipo experto y multidisciplinar
Los investigadores Joan José Ramos y Miguel Ángel Mañanas, del Centro de Investigación en Ingeniería Biomédica (CREB) de la UPC, han sido los responsables de desarrollar el programa de gestión clínica. La realización del prototipo del dispositivo es fruto de un trabajo multidisciplinar en el que han participado la doctora Montserrat Espuña, responsable de la Unidad de Suelo Pelviano del Instituto Clínic de Ginecología, Obstetricia y Neonatología (ICGON) del Hospital Clínic de Barcelona, y Amèlia Pérez, enfermera experta en incontinencia de la Unidad. Esta unidad lleva 30 años tratando mujeres con incontinencia urinaria. La doctora Espuña es la presidenta de la sección de suelo pelviano de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología y actual presidenta del comité científico de la International Continence Society (ICS).
El nuevo dispositivo ya ha sido probado por un grupo de pacientes y por uno de voluntarias en una fase de pruebas preclínicas, con resultados satisfactorios.
Una vez patentado, varias compañías internacionales se han interesado por este prototipo, que mejora sustancialmente el tratamiento domiciliario con supervisión médica de una problemática cada vez más frecuente. Entre 2005 y 2011, la incidencia de la incontinencia urinaria creció un 5,86%.