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ALERGOLOGÍA

La anafilaxia protagoniza la Semana Mundial de la Alergia

SEAIC · 17 junio 2021

La iniciativa lleva este año por lema "Estate alerta, estate preparado, salva vidas", con el que se pretende estimular la concienciación, educación y difusión sobre el conocimiento de la anafilaxia tanto en pacientes como en sanitarios.

En el marco de la Semana Mundial de la Alergia, que se celebra del 13 al 19 de junio, la Organización Mundial de Alergia (WAO) ha elegido este año el lema "Estate alerta, estate preparado, salva vidas", con el que se pretende subrayar la importancia de lograr una mayor concienciación, educación y difusión sobre el conocimiento de la anafilaxia tanto en pacientes como en sanitarios.

La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se ha sumado por undécimo año consecutivo a la iniciativa de la WAO, divulgando información acerca de la misma.

Recuerda que la anafilaxia es una reacción alérgica grave de instauración rápida y potencialmente mortal. En términos clínicos, se trata de un síndrome complejo, desencadenado por mecanismos inmunitarios o no, con aparición de síntomas y signos sugestivos de una liberación generalizada de mediadores de mastocitos y basófilos, tanto en la piel (eritema, prurito generalizado, urticaria, angioedema) como en otros órganos (gastrointestinal, respiratorio o cardiovascular).

En este sentido, y en el contexto del inicio de la vacunación frente a la COVID-19, se detectaron una serie de reacciones alérgicas que alertaron a la población. “El grado de incidencia de la anafilaxia tras la administración de la vacuna frente al coronavirus es extremadamente bajo -tranquiliza Nancy Ortega, presidenta del Comité de Medicamentos de la SEAIC-. Datos basados en 1.112.982 de personas vacunadas muestran que en nuestro país solamente se han detectado 10 casos de anafilaxia por cada millón de personas vacunadas contra la COVID-19. Los casos de anafilaxia por estas vacunas son mucho más frecuentes en mujeres, sobre un 90 por ciento aproximadamente, y la gran mayoría tiene antecedentes de alergia grave a medicamentos o alimentos. Sin embargo, es importante resaltar que ningún paciente alérgico ha fallecido como consecuencia de la administración de la vacuna frente a la COVID-19”, señala la alergóloga.

En cuanto a los síntomas que se han detectado tras el suministro de la vacuna, se han notificado picor generalizado, urticaria o angioedema.

Por otro lado, es importante señalar que cuando los pacientes acuden al centro para que les administren la vacuna frente a la COVID-19, aparte de que los sanitarios siguen los protocolos de prevención de reacciones alérgicas - tiempo de observación de 15 minutos para pacientes que no han sufrido ninguna reacción previa, 30 minutos para los que sí han sufrido alguna reacción alérgica pero no grave y 45 minutos si el paciente tiene antecedentes graves de alergia a medicamentos o alimentos - todos los puntos de vacunación cuentan con los medicamentos adecuados y los medios para tratar las reacciones.

“Los pacientes deben estar tranquilos, ya que en los centros donde se administra la vacuna tienen el personal adecuado y entrenado, así como los medios para poder tratar una posible reacción alérgica, ya sea anafilaxia o no. Aun así, la reacción alérgica más frecuente a esta vacuna no es la anafilaxia, sino la urticaria”, concluye Ortega.

Cuestión de edad

La incidencia de la anafilaxia por cualquier causa en España oscila entre los 50 y los 112 episodios por cada 100.000 personas al año. Las causas más frecuentes de anafilaxia son alimentos, fármacos y picaduras de himenópteros.

La importancia relativa de cada uno de ellos varía en nuestra área geográfica en función de la edad: los alimentos son la causa más importante en la infancia y los fármacos son la más frecuente en los adultos.

“Según la edad, los alimentos con más frecuencia implicados son frutas, frutos secos, marisco y pescado; mientras que en los niños suelen ser el huevo, la leche, los frutos secos, el pescado y el marisco. Concretamente en los niños de 0 a 4 años el riesgo de sufrir una anafilaxia es tres veces mayor que en el resto de los grupos, y la mayor incidencia se observa en los dos primeros años de vida”, explica Pedro Ojeda, alergólogo y coordinador de Comunicación de la SEAIC.

En cuanto a los fármacos que están más a menudo implicados en reacciones anafilácticas, se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos, los antibióticos betalactámicos, otros agentes antiinfecciosos no betalactámicos y los medios de contraste radiológicos.

“El látex también constituye una causa a considerar en el ámbito sanitario, aunque su incidencia ha disminuido considerablemente en los últimos años. También y, concretamente en España, la alergia a anisakis”, es otra causa frecuente, añade el alergólogo.

Conocer los síntomas y manejar el autoinyector salva vidas

La sociedad científica destaca que la anafilaxia es una reacción alérgica grave cuyos síntomas y signos aparecen de forma rápida, en cuestión de minutos, por lo que requiere saber identificar esas señales, conocer claramente el protocolo de actuación y proceder de forma rápida para garantizar la supervivencia. “La educación del paciente y de sus familiares o cuidadores -en caso de que se trate de un niño- es fundamental”, señala David Baquero, alergólogo y responsable de Comunicación de la SEAIC.

En este sentido, es importante instruir a los pacientes alérgicos y a sus cuidadores o familiares en el manejo de los autoinyectores de adrenalina, los dispositivos que permiten al paciente suministrarse la dosis correcta del fármaco de una forma segura, para una mejor y más rápida actuación en caso de necesidad.

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